16/05/2022, 15:11
Kinumi se levantó con Toshio, practicamente al unisono, así que no hubo falta alguna de que la ayudase. En un momento que la kunoichi se volteó levemente para mirarse el hombro, el shinobi pudo ver que tenía toda la parte trasera de los hombros quemada. En pura carne viva.
En contraparte, sus piernas estaban bastante bien. Saltó tras Toshio y se quedó tras él, encarandolo siempre para intentar que no viese las heridas que tenía a la espalda. No soltó ningún quejido, pero andaba con una mano sujetando el libro que había rescatado y la otra agarrandose el hombro.
La mansión acabó de caerse, a excepción del ala que Toshio había limpiado de llamas. Kinumi no quiso darle la espalda al lugar. Se quedó a la espera de que éste decidiese irse para seguirle.
En contraparte, sus piernas estaban bastante bien. Saltó tras Toshio y se quedó tras él, encarandolo siempre para intentar que no viese las heridas que tenía a la espalda. No soltó ningún quejido, pero andaba con una mano sujetando el libro que había rescatado y la otra agarrandose el hombro.
La mansión acabó de caerse, a excepción del ala que Toshio había limpiado de llamas. Kinumi no quiso darle la espalda al lugar. Se quedó a la espera de que éste decidiese irse para seguirle.