16/05/2022, 18:47
Kinumi, malherida y tomandose su tiempo con cada paso, seguiría a Toshio allá donde la llevase. Le faltaban energías para discutirle y con cada paso notaba heridas nuevas en su cuerpo. Tal vez la adrenalina se le estaba yendo, al igual que la sangre. Supuso que en algún momento perdería tanta sangre que empezaría a bajarle la sensibilidad al dolor.
En cualquier caso, todos llegarían vivos a casa de Tamao.
Más tarde, al volver a casa, Toshio podría ver la carta, partida por la mitad, en el suelo, exactamente donde Kinumi la había dejado. Puede que no quisiera leerla, respetando la privacidad de su amiga, pero en una esquina podría discernir una formula de sellado y, si se acercaba, un pequeño parrafo explicando el extraño fuinjutsu que había usado.
En cualquier caso, todos llegarían vivos a casa de Tamao.
Más tarde, al volver a casa, Toshio podría ver la carta, partida por la mitad, en el suelo, exactamente donde Kinumi la había dejado. Puede que no quisiera leerla, respetando la privacidad de su amiga, pero en una esquina podría discernir una formula de sellado y, si se acercaba, un pequeño parrafo explicando el extraño fuinjutsu que había usado.