17/05/2022, 15:55
El apuñalamiento de Toshio le sacó de inmediato de su paralisis, sintiendo cada milimetro de su hoja entrandole en el muslo. Intentó retroceder, completamente desarmado, pero el pelirrojo le propinó un cabezazo para acabar de desorientarlo.
— Esto... ¡no acaba...! — antes de que pudiese terminar su linea un brazo apareció para golpearlo en el pecho y mandarlo volando por encima de varios soldados de Kurama que seguían peleando.
Shiten le había propinado un lariat en todo el pecho y había acabado de dejarlo fuera de combate. Para responder a la pregunta de Jun, el jounin volteó la cabeza, viendo que había enemigos allá donde mirase.
— ¿Cómo que si hay alguno más? ¡Están por todas partes! — se agachó a recoger una de las muchas armas que había por el suelo para lanzarsela a un ninja del copo de nieve. — No te preocupes por mi, joven.
Pero la cosa es que esos ninjas desgraciados que habían aparecido de los charcos no eran el único problema. Una bijuudama se vio a lo lejos, cortando el aire de nuevo, esta vez hacia el cielo en vez de al suelo. Y al otro costado del ejercito se alzaba de nuevo un enorme muñeco de nieve. Esos malditos generales no tenían ni un apice de sigilo en ellos.
Shiten miró los nubes que la bijuudama había borrado y al muñeco de nieve y se decidió.
— Chicos, no puedo abandonar este frente. La retaguardia es lo más importante, seguro que ese maldito general quiere que vaya de frente e iría y le daría un poco del estilo Kusajin, pero la prioridad debe ser salvar tantas vidas como sea posible. Tampoco podemos dejar el frente solo contra esos monstruos.
>> Id al frente y decidles lo que está pasando aquí atrás, Comunicaciones está comprometida así que id y decidles que intenten retener al general de Kurama tanto tiempo como puedan, yo abriré camino aquí atrás para asegurar la retirada.
Les señaló el lugar de donde había salido la bijuudama y se lanzó a placar a un ninja que intentó aprovechar su pequeña explicación para atacarles.
— ¡VAMOS!
— Esto... ¡no acaba...! — antes de que pudiese terminar su linea un brazo apareció para golpearlo en el pecho y mandarlo volando por encima de varios soldados de Kurama que seguían peleando.
Shiten le había propinado un lariat en todo el pecho y había acabado de dejarlo fuera de combate. Para responder a la pregunta de Jun, el jounin volteó la cabeza, viendo que había enemigos allá donde mirase.
— ¿Cómo que si hay alguno más? ¡Están por todas partes! — se agachó a recoger una de las muchas armas que había por el suelo para lanzarsela a un ninja del copo de nieve. — No te preocupes por mi, joven.
Pero la cosa es que esos ninjas desgraciados que habían aparecido de los charcos no eran el único problema. Una bijuudama se vio a lo lejos, cortando el aire de nuevo, esta vez hacia el cielo en vez de al suelo. Y al otro costado del ejercito se alzaba de nuevo un enorme muñeco de nieve. Esos malditos generales no tenían ni un apice de sigilo en ellos.
Shiten miró los nubes que la bijuudama había borrado y al muñeco de nieve y se decidió.
— Chicos, no puedo abandonar este frente. La retaguardia es lo más importante, seguro que ese maldito general quiere que vaya de frente e iría y le daría un poco del estilo Kusajin, pero la prioridad debe ser salvar tantas vidas como sea posible. Tampoco podemos dejar el frente solo contra esos monstruos.
>> Id al frente y decidles lo que está pasando aquí atrás, Comunicaciones está comprometida así que id y decidles que intenten retener al general de Kurama tanto tiempo como puedan, yo abriré camino aquí atrás para asegurar la retirada.
Les señaló el lugar de donde había salido la bijuudama y se lanzó a placar a un ninja que intentó aprovechar su pequeña explicación para atacarles.
— ¡VAMOS!