17/05/2022, 17:52
Esperaba un lapiz y unos colores pero Toshio decidió traerle toda la libreria, la copisteria y la fotocopiadora. Esta vez fue Kinumi la que le enseñó las palmas para intentar detenerlo, aunque ya lo había traido todo así que importaba más bien poco.
— Solo necesitaba un par de lapices, tampoco hacía falta que trajeses todo lo que encontrases. Además, con la falta de practica que tengo mejor hacer unos bocetos y ya.
— Espero que las herramientas de este humilde herrero sean dignas de sus manos, mi reina.
Alzó una ceja.
— ¿Herramientas de herrero? ¿Qué clase de armadura puedes forjar con un pintel y una pluma?
Nunca le había dicho nada de cuando se ponía a exagerar y a llamarla reina o cosas igual de grandilocuente y lo cierto es que ya las veía como algo normal. La exageración y Toshio parecían sinonimos y cada día se hacía más obvio.
— Solo necesitaba un par de lapices, tampoco hacía falta que trajeses todo lo que encontrases. Además, con la falta de practica que tengo mejor hacer unos bocetos y ya.
— Espero que las herramientas de este humilde herrero sean dignas de sus manos, mi reina.
Alzó una ceja.
— ¿Herramientas de herrero? ¿Qué clase de armadura puedes forjar con un pintel y una pluma?
Nunca le había dicho nada de cuando se ponía a exagerar y a llamarla reina o cosas igual de grandilocuente y lo cierto es que ya las veía como algo normal. La exageración y Toshio parecían sinonimos y cada día se hacía más obvio.