22/05/2022, 23:50
¿Entonces en que porcentaje de dragón le convertía eso exactamente? ¿Estaba por encima o por debajo de una serpiente? ¿Y los cocodrilos? Aquello era un nuevo enigma para él que jamás se había planteado en la vida. Bajo la mirada, y pudo ver de nuevo a los dos genin a los que solo respondió con un rápido e intermitente parpadeo. Agitó ligeramente la cabeza, y carraspeó, intentando centrarse nuevamente.
— E-Ejem... ¿Por dónde iba? — respondió avergonzado mirando al tatami y llevándose unos dedos a la frente—. Oh si. La misión, la misión. Vamos a ver... Llevo aquí ya una semana y algo. Ha estado desapareciendo gente de los locales de alterne; clientes, geishas, otros empleados. No parece que haya un criterio aparente para esas desapariciones. Algunos se han excusado dejando una carta de amor tras sus desapariciones, pero la caligrafía es la misma en todas ellas
Llevó su mano al interior de sus ropas, y dejó caer por el suelo algunos sobres que si leían, podrían leer como se trataba de una despedida diciendo que habían encontrado al amor de su vida en los barrios rojos.
— En fin. Llevo un tiempo recabando información, haciéndome pasar por un adinerado cliente pensando en que tal vez era el dinero lo que estaba atrayendo a esa gente, pero no ha funcionado. Por lo que decidí simplemente preguntar con discreción todo lo que pude. Por lo que aqui es donde entrais vosotros; os vais a infiltrar en diferentes burdeles — añadió finalmente.
— E-Ejem... ¿Por dónde iba? — respondió avergonzado mirando al tatami y llevándose unos dedos a la frente—. Oh si. La misión, la misión. Vamos a ver... Llevo aquí ya una semana y algo. Ha estado desapareciendo gente de los locales de alterne; clientes, geishas, otros empleados. No parece que haya un criterio aparente para esas desapariciones. Algunos se han excusado dejando una carta de amor tras sus desapariciones, pero la caligrafía es la misma en todas ellas
Llevó su mano al interior de sus ropas, y dejó caer por el suelo algunos sobres que si leían, podrían leer como se trataba de una despedida diciendo que habían encontrado al amor de su vida en los barrios rojos.
— En fin. Llevo un tiempo recabando información, haciéndome pasar por un adinerado cliente pensando en que tal vez era el dinero lo que estaba atrayendo a esa gente, pero no ha funcionado. Por lo que decidí simplemente preguntar con discreción todo lo que pude. Por lo que aqui es donde entrais vosotros; os vais a infiltrar en diferentes burdeles — añadió finalmente.
¡Gracias a Ranko por el avatar!