25/05/2022, 23:11
Moguko pareció ilusionada cuando el chico comentó el proyecto que traía entre manos con su futura marioneta, Mimi. Tanto fue así, que hasta dejó por un instante la tarea que realizaba, pidiendo al chico el favor de mostrarle el resultado de su obra cuando estuviese finalizada. No solo eso, si no que además se ofreció como conejillo de indias para el supuesto caso de necesitar alguien para probarla.
—Será todo un placer, señorita Moguko.
Para cuando se quisieron dar cuenta, ya estaban casi que fuera, y Momo estaba terminando de fregar la sala. Ya volvían a terminar una de éstas, y tocaba avanzar a la siguiente. Una más o una menos ya no importaba demasiado, pues llevaban ya justo la mitad. De diez salas, habían acabado ya con cinco, y marchaban a por la sexta. Llevaban un buen ritmo, y poco a poco podían ver el final de la tarea.
El chico cerraría tras de sí la sala, cuando Momo hubiese salido. Y con las mismas lo dirigiría al interior de la sala enfrentada, la cuál lucía prácticamente como la anterior, con la salvedad de que en ésta no había rastro de sangre alguno. Habían algunos trozos de metal en la camilla, y un poco de instrumental de cirugía como podían ser escapelos y fórceps. Ésta sala sería mucho más rápida que las anteriores, casi seguro.
—Parece que ésta sala quedó un poco más limpia que las anteriores. Es una suerte.
Con las mismas, ayudaría a la chica a recoger el instrumental y los trozos de metal, y los llevarían al lavabo del final del quirófano. Quitando esa tarea, solo quedaba mopear el suelo y habrían terminado. Arata iría recogiendo el material y sacándolo de nuevo, y tan solo quedaría que su compañera saliese también para que la marioneta pudiese abrillantar el suelo a toda velocidad.
—Con esto ya acabamos. —Informó, refiriéndose al limpiado del suelo.
—Será todo un placer, señorita Moguko.
Para cuando se quisieron dar cuenta, ya estaban casi que fuera, y Momo estaba terminando de fregar la sala. Ya volvían a terminar una de éstas, y tocaba avanzar a la siguiente. Una más o una menos ya no importaba demasiado, pues llevaban ya justo la mitad. De diez salas, habían acabado ya con cinco, y marchaban a por la sexta. Llevaban un buen ritmo, y poco a poco podían ver el final de la tarea.
El chico cerraría tras de sí la sala, cuando Momo hubiese salido. Y con las mismas lo dirigiría al interior de la sala enfrentada, la cuál lucía prácticamente como la anterior, con la salvedad de que en ésta no había rastro de sangre alguno. Habían algunos trozos de metal en la camilla, y un poco de instrumental de cirugía como podían ser escapelos y fórceps. Ésta sala sería mucho más rápida que las anteriores, casi seguro.
—Parece que ésta sala quedó un poco más limpia que las anteriores. Es una suerte.
Con las mismas, ayudaría a la chica a recoger el instrumental y los trozos de metal, y los llevarían al lavabo del final del quirófano. Quitando esa tarea, solo quedaba mopear el suelo y habrían terminado. Arata iría recogiendo el material y sacándolo de nuevo, y tan solo quedaría que su compañera saliese también para que la marioneta pudiese abrillantar el suelo a toda velocidad.
—Con esto ya acabamos. —Informó, refiriéndose al limpiado del suelo.