27/05/2022, 20:58
*Habiéndose despedido de Moguko, la joven kunoichi se apura por hacer las compras, no había olvidado ninguno de los ingredientes que memorizó en su cabeza. El regreso no fue tan complicado, pudo escalar las paredes de una de las torres de la aldea para desde allí observar en qué dirección quedaba su casa y cuándo la encontró no tardó mucho en volver, aunque ya se había pasado la hora del almuerzo para cuando regresó.
Al ingresar a la vivienda con las fundas de compras, pudo ver que su padre ya había armado un pequeño altar con la foto de Sayori y le estaba rezando.*
- Ya estoy en casa…
*Fue todo lo que pudo decir antes de que su padre comenzara a abrazarle, pensando que la había perdido. Cuando se tranquilizó un poco la kunoichi le contó que había conocido a una genin como ella y que por eso se había tardado, ambas habían acordado en volverse a ver y eso llenó de alegría y orgullo al padre de la kunoichi que finalmente comenzaba a conocer gente y a salir al mundo.*
Al ingresar a la vivienda con las fundas de compras, pudo ver que su padre ya había armado un pequeño altar con la foto de Sayori y le estaba rezando.*
- Ya estoy en casa…
*Fue todo lo que pudo decir antes de que su padre comenzara a abrazarle, pensando que la había perdido. Cuando se tranquilizó un poco la kunoichi le contó que había conocido a una genin como ella y que por eso se había tardado, ambas habían acordado en volverse a ver y eso llenó de alegría y orgullo al padre de la kunoichi que finalmente comenzaba a conocer gente y a salir al mundo.*
«Pienso» l Hablo l Narro