4/06/2022, 21:18
La chica se asombró del peso de la armadura, y eso que apenas la había ataviado. Sin duda ese acero, ese estilo de forja, era una labor sin precedentes. Buscaba el equilibrio entre fiabilidad y ligereza, dotando encima a las armas con un aparente afilado envidiable. La chica eso sí, parecía desconfiar un poco de la armadura, debido a lo ligera que era. La verdad, no era de extrañar... una buena armadura solía pesar bien, no cualquier guerrero podía llevar una armadura pesada.
—Tranquila joven, no eres la primera persona en probarla. Comprobarás que es tan dura como ligera.
Aunque el chico realmente no se atrevería a golpear directamente a la kunoichi. La actividad, la finalidad de la misión, no era otra que comprobar las armas y su fiabilidad. No tenían porqué hacer un combate propiamente dicho.
Una vez preparada Moguko, sentenció el comienzo de la prueba. La kunoichi se guardó por un instante el arma en el cinturón, se posicionó casi de lateral y pareció concentrarse. Tenía un porte —Una posición— que denotaba algo de conocimiento de esgrima, y conforme se halló preparada saltó un alarido de guerra. La chica se lanzó en una acometida directa y sin titubeos, en la que avanzó y sacó el arma para asestar una estocada frontal. El paso llegaría casi tan pronto como la cuchillada, pero ante la acometida la marioneta se movería hacia el flanco derecho, posicionando el bastón metálico en vertical y sujetándolo con ambas manos. El resultado sería un bloqueo, o más bien un desvío de su ataque hacia fuera. El cuchillo no recibiría daño alguno, pero la kunoichi podría sentir un leve golpe en el antebrazo. El bastón metálico hacía golpeado, pero la sensación había sido realmente liviana (0 PV).
—Prueba a lanzar una cuchillada lateral, señorita Moguko. Ésta vez intentaré detener el corte con el bastón. Así podremos comprobar la resistencia de ambas armas.
El anciano se había retirado hasta casi llegar a la puerta del habitáculo, donde observaba con todo detalle la exhibición de los genin. En cierto momento, incluso sacó de su bolsillo un lápiz y una pequeña libreta, donde el hombre comenzaría a tomar notas.
—Tranquila joven, no eres la primera persona en probarla. Comprobarás que es tan dura como ligera.
Aunque el chico realmente no se atrevería a golpear directamente a la kunoichi. La actividad, la finalidad de la misión, no era otra que comprobar las armas y su fiabilidad. No tenían porqué hacer un combate propiamente dicho.
Una vez preparada Moguko, sentenció el comienzo de la prueba. La kunoichi se guardó por un instante el arma en el cinturón, se posicionó casi de lateral y pareció concentrarse. Tenía un porte —Una posición— que denotaba algo de conocimiento de esgrima, y conforme se halló preparada saltó un alarido de guerra. La chica se lanzó en una acometida directa y sin titubeos, en la que avanzó y sacó el arma para asestar una estocada frontal. El paso llegaría casi tan pronto como la cuchillada, pero ante la acometida la marioneta se movería hacia el flanco derecho, posicionando el bastón metálico en vertical y sujetándolo con ambas manos. El resultado sería un bloqueo, o más bien un desvío de su ataque hacia fuera. El cuchillo no recibiría daño alguno, pero la kunoichi podría sentir un leve golpe en el antebrazo. El bastón metálico hacía golpeado, pero la sensación había sido realmente liviana (0 PV).
—Prueba a lanzar una cuchillada lateral, señorita Moguko. Ésta vez intentaré detener el corte con el bastón. Así podremos comprobar la resistencia de ambas armas.
El anciano se había retirado hasta casi llegar a la puerta del habitáculo, donde observaba con todo detalle la exhibición de los genin. En cierto momento, incluso sacó de su bolsillo un lápiz y una pequeña libreta, donde el hombre comenzaría a tomar notas.