12/02/2016, 06:24
Una sonrisa satisfactoria se le dibujó en el rostro a la kunoichi al ver la reacción que tuvo el chico del sombrero, después de todo no lo conocía de nada, no sabía siquiera la aldea de la que provenía y mucho menos como se veía, no había ni un solo motivo por el que debiera fiarse de ese tal Karamaru. Además, ni siquiera se había molestado en intentar llegar a una buena idea conjunta, en otras palabras él no era muy diferente de la Senju ya que también pretendía hacer las cosas como se le venían en gana. ~ Ya veré tu cara cuando atrape al criminal. ~ Se decía a si misma la kunoichi que estaba simplemente orgullosa de su logro.
—. ¿Sois shinobis? Estupendo —casi parecía decirlo de forma irónica—, pero antes presentaos como es debido y enseñadme las bandanas que os identifican como tal.
— ¿Eh...? — Fue instantáneo que Noemi alzó una ceja extrañada ante tal exigencia ya que estaba muy acostumbrada a llevar la bandana descubierta y en medio del camino entre sus ojos y su busto así que simplemente bajó la mirada y allí estaba el abrigo del posadero cubriendo totalmente la bandana que la identificaba. ~ Retrasada es poco. ~ No tardó nada en abrir parcialmente el abrigo que le habían prestado para dejar a la vista la bandana atada a su cuello y con voz firme procedió a presentarse. — Sakamoto Noemi, venía de paso cuando dentro de la posada escuché lo que pasó. — Afirmó la chica suponiendo que le bastaría al anciano con aquello. Mientras tanto la kunoichi volvió a cerrar parcialmente el abrigo para dejar a la vista la bandana, cosa que no la confundan.
Si le bastaba con eso esperaba que hiciera lo que pidió, aunque sea que le mencionase el arma y ya luego se ocuparía de buscar cuanto pudiera para terminar rápido con este asunto. Después de todo, ¿Qué tanto le podía costar encontrar a un homicida en un pueblo pequeño? Es más, seguramente no sería muy bueno escondiéndose o borrando evidencias así que era cuestión de tiempo que cayera por si solito.
—. ¿Sois shinobis? Estupendo —casi parecía decirlo de forma irónica—, pero antes presentaos como es debido y enseñadme las bandanas que os identifican como tal.
— ¿Eh...? — Fue instantáneo que Noemi alzó una ceja extrañada ante tal exigencia ya que estaba muy acostumbrada a llevar la bandana descubierta y en medio del camino entre sus ojos y su busto así que simplemente bajó la mirada y allí estaba el abrigo del posadero cubriendo totalmente la bandana que la identificaba. ~ Retrasada es poco. ~ No tardó nada en abrir parcialmente el abrigo que le habían prestado para dejar a la vista la bandana atada a su cuello y con voz firme procedió a presentarse. — Sakamoto Noemi, venía de paso cuando dentro de la posada escuché lo que pasó. — Afirmó la chica suponiendo que le bastaría al anciano con aquello. Mientras tanto la kunoichi volvió a cerrar parcialmente el abrigo para dejar a la vista la bandana, cosa que no la confundan.
Si le bastaba con eso esperaba que hiciera lo que pidió, aunque sea que le mencionase el arma y ya luego se ocuparía de buscar cuanto pudiera para terminar rápido con este asunto. Después de todo, ¿Qué tanto le podía costar encontrar a un homicida en un pueblo pequeño? Es más, seguramente no sería muy bueno escondiéndose o borrando evidencias así que era cuestión de tiempo que cayera por si solito.