9/06/2022, 16:03
— Simplemente pon la mano sobre el sello, aplica algo de chakra, y podras comunicarte con nosotros — respondió replicando lo que el mismo estaba comentando, pero sin llegar a utilizar chakra.
Al igual que él, no parecían estar muy convencidos de separarse, pero así se evitarían levantar sospechas al pasar de un lado a otro si en el primer burdel no encontraban ninguna pista. Pero, por otro lado, también evitarían perder más tiempo y arriesgarse a que alguien más pudiera desaparecer sin dejar rastro alguno.
— Bien, pues decidido. Cada uno irá a un local distinto, y a la mínima que el asunto se os complique, emplearéis el sello para avisarme. Si llegáis a estar en peligro, haced uso de vuestro repertorio para defenderos
La noche ya había avanzado, y el atardecer quedaba a varias horas. Pero las calles del Barrio Rojo, estaban igual de iluminadas que con el primer rayo de sol, tal vez incluso más por la gran variedad de colores y centelleantes destellos. En la entrada del Caldero Caliente, Ryu esperaba a los dos genin de los que era responsable, vistiendo un kimono rojo con detalles de dragones negros y otros colores a su alrededor, tanto los cuernos como su cola eran más que visibles, al igual que algunas escamas de sus mejillas y brazos. Y aún con todas, llamaba la atención de los transeuntes de una forma que no era la esperada para alguein con ese aspecto.
Tanto mujeres como hombres cuchicheaban cuando pasaban cerca de él intercambiando bonitas palabras sobre aquel chico.
Al igual que él, no parecían estar muy convencidos de separarse, pero así se evitarían levantar sospechas al pasar de un lado a otro si en el primer burdel no encontraban ninguna pista. Pero, por otro lado, también evitarían perder más tiempo y arriesgarse a que alguien más pudiera desaparecer sin dejar rastro alguno.
— Bien, pues decidido. Cada uno irá a un local distinto, y a la mínima que el asunto se os complique, emplearéis el sello para avisarme. Si llegáis a estar en peligro, haced uso de vuestro repertorio para defenderos
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La noche ya había avanzado, y el atardecer quedaba a varias horas. Pero las calles del Barrio Rojo, estaban igual de iluminadas que con el primer rayo de sol, tal vez incluso más por la gran variedad de colores y centelleantes destellos. En la entrada del Caldero Caliente, Ryu esperaba a los dos genin de los que era responsable, vistiendo un kimono rojo con detalles de dragones negros y otros colores a su alrededor, tanto los cuernos como su cola eran más que visibles, al igual que algunas escamas de sus mejillas y brazos. Y aún con todas, llamaba la atención de los transeuntes de una forma que no era la esperada para alguein con ese aspecto.
Tanto mujeres como hombres cuchicheaban cuando pasaban cerca de él intercambiando bonitas palabras sobre aquel chico.
¡Gracias a Ranko por el avatar!