9/06/2022, 18:18
(Última modificación: 9/06/2022, 18:18 por Senju Hayato.)
La chica parecía decidida para el ataque. Todo era concentración, aunque se podía atisbar un gran brillo en los ojos de los tres allí presentes. Cada cuál tenía su motivación, sus placeres dentro de la realización de la tarea. Pero aunque disfrutaban como niños pequeños en un parque de pelotas, el deber era el deber. Debían mantener apariencias, o algo.
El titiritero permaneció inmóvil hasta el último instante, observando cómo su antagonista procedía con un efímero ataque. En vez de esquivar, o bloquear propiamente dicho, para cuando el filo de la chica se lanzó sobre el títere éste tan solo lo dobló con un rápido gesto de manos. La marioneta giraría levemente, dejando puro lomo a merced del acero que buscaba romperla. Casi parecía un disparate, pero quería comprobarlo...
¿Qué era mejor su defensa o el acero de Hirohito?.
Aunque la fuerza de la chica quizás no era abrumadora, su técnica de golpeado junto al tipo de corte casi que vertical y golpeando un muro de acero y madera robusta, hicieron que el metal quedase clavado en su mayoría en el lomo de la marioneta. Sin embargo, no solo quedó así. Casi la mitad de la espada salió volando, quebrada por la mitad prácticamente. Tanto fue así, que terminó clavándose a poco más de dos metros de los pies del anciano.
—¡Jie Jie Jie Jie! —Rio el canoso. —¡Qué gran defensa tiene ese muñeco, joven!.
—Me esforcé mucho, es mi mejor obra. Y aún así, el arma atravesó e hirió a Momo...
En parte el chico estaba triste, pero por otro lado podía estar realmente contento. No muchas armaduras eran capaces de resistir golpes o cortes como ese, que ésta tampoco hubiese librado al cien por cien a la persona que iba dentro no era una deshonra. El chico miró a la kunoichi, la que estaba realmente haciendo todo el esfuerzo físico.
—¿Se encuentra bien, señorita Moguko?.
Lo que sí, es que iba a costarle mucho sacar la espada quebrada de MoMi. Estaba incrustada en Momo, habiendo atravesado a Mimi.
El titiritero permaneció inmóvil hasta el último instante, observando cómo su antagonista procedía con un efímero ataque. En vez de esquivar, o bloquear propiamente dicho, para cuando el filo de la chica se lanzó sobre el títere éste tan solo lo dobló con un rápido gesto de manos. La marioneta giraría levemente, dejando puro lomo a merced del acero que buscaba romperla. Casi parecía un disparate, pero quería comprobarlo...
¿Qué era mejor su defensa o el acero de Hirohito?.
Aunque la fuerza de la chica quizás no era abrumadora, su técnica de golpeado junto al tipo de corte casi que vertical y golpeando un muro de acero y madera robusta, hicieron que el metal quedase clavado en su mayoría en el lomo de la marioneta. Sin embargo, no solo quedó así. Casi la mitad de la espada salió volando, quebrada por la mitad prácticamente. Tanto fue así, que terminó clavándose a poco más de dos metros de los pies del anciano.
—¡Jie Jie Jie Jie! —Rio el canoso. —¡Qué gran defensa tiene ese muñeco, joven!.
—Me esforcé mucho, es mi mejor obra. Y aún así, el arma atravesó e hirió a Momo...
En parte el chico estaba triste, pero por otro lado podía estar realmente contento. No muchas armaduras eran capaces de resistir golpes o cortes como ese, que ésta tampoco hubiese librado al cien por cien a la persona que iba dentro no era una deshonra. El chico miró a la kunoichi, la que estaba realmente haciendo todo el esfuerzo físico.
—¿Se encuentra bien, señorita Moguko?.
Lo que sí, es que iba a costarle mucho sacar la espada quebrada de MoMi. Estaba incrustada en Momo, habiendo atravesado a Mimi.