12/02/2016, 21:40
Tal vez era la sensación de tener a un asesino cerca o tal vez solo la curiosidad e impaciencia que tenía para empezar a trabajar como un detective de verdad, como un shinobi de alto rango en una misión importante, pero Karamaru estaba serio y un poco malhumorado por las prisas que tenía y ,además, lo ralentizaban cada vez más y más. Probablemente la rubia le cayera mejor en otro momento, o tal vez algunas horas o minutos después cuando las ganas de actuar se le hubiesen ido al pelado, pero ahora mismo solo quería estar los más lejos posible. Incluso podría acceder a trabajar juntos si el malhumor se le fuese, después de todo eso es lo que hacen los shinobis y kunochis, trabajar juntos.
El anciano lo detuvo, como imponiendo el respeto que merecía uno de los líderes del lugar, con poca confianza de la profesión del monje. Lo más listo no sería llevarle la contraria así que sin pensarlo dos veces se sacó su sombrero cónico, que ahora se sostenía por un fino hilo negro de su cuello, y dejó que los presentes vieran su reluciente calva.
Karamaru, del clan Habaki de Amegakure.
Corto y directo el pelado daba su presentación mientras se sacaba la tela que rodeaba su cintura. El pedazo de metal que lo identificaba estaba sobre su trasero e iba a ser un poco incómodo mostrarlo como estaba. Con el cinturón en mano tomó el lugar donde estaban las cuatro rayas y se las mostró al anciano. Sin esperar respuesta alguna se la volvió a colocar en su lugar correspondiente, aunque todavía seguía con su túnica de viaje negra que cubría su cuerpo.
Supongo que deberemos seguir sus órdenes ¿Verdad? ¿O tenemos la libertad de actuar por nuestra cuenta?
Fue raro, pero Karamaru hablaba en plural en vez de singular, como si incluyera inconscientemente a Noemi en sus planes a pesar de haber dicho de que cada uno lo haría a su manera. Prefería seguir solo por el momento pero tal vez dentro de poco acompañaría los pasos de la rubia.
El anciano lo detuvo, como imponiendo el respeto que merecía uno de los líderes del lugar, con poca confianza de la profesión del monje. Lo más listo no sería llevarle la contraria así que sin pensarlo dos veces se sacó su sombrero cónico, que ahora se sostenía por un fino hilo negro de su cuello, y dejó que los presentes vieran su reluciente calva.
Karamaru, del clan Habaki de Amegakure.
Corto y directo el pelado daba su presentación mientras se sacaba la tela que rodeaba su cintura. El pedazo de metal que lo identificaba estaba sobre su trasero e iba a ser un poco incómodo mostrarlo como estaba. Con el cinturón en mano tomó el lugar donde estaban las cuatro rayas y se las mostró al anciano. Sin esperar respuesta alguna se la volvió a colocar en su lugar correspondiente, aunque todavía seguía con su túnica de viaje negra que cubría su cuerpo.
Supongo que deberemos seguir sus órdenes ¿Verdad? ¿O tenemos la libertad de actuar por nuestra cuenta?
Fue raro, pero Karamaru hablaba en plural en vez de singular, como si incluyera inconscientemente a Noemi en sus planes a pesar de haber dicho de que cada uno lo haría a su manera. Prefería seguir solo por el momento pero tal vez dentro de poco acompañaría los pasos de la rubia.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘