20/06/2022, 13:03
Tal y como se lo esperaba, Tsuyoi simplemente no podía competir con Aoi de ninguna de las maneras. Era más respetuosa y más mona que él, y no había ninjutsu en el mundo capaz de competir contra eso. Fue una derrota total.
El Kurogane levantó ambos pulgares, sonriéndole a su compañera.
— ¡Mucha suerte!
Allí se quedaron un momento parados, hasta que Ryu, con toda la confianza y la mala leche del mundo, le cogió de la oreja y lo arrastró hasta un callejón para echarle la bronca. Parecía muy enfadado y el gesto no había hecho más que enfadar también el Kurogane, quien a punto estuvo de ser el primero en lanzar un puñetazo.
Su vista bajó al puño del chūnin, que se estaba conteniendo muy fuertemente para no cruzarle la cara a Toshio, quien le mantuvo desafiante la mirada durante unos segundos antes de simplemente suspirar y quitarse con ambas manos la mano de Ryu, que no le había soltado la oreja.
— ¿Tienes un peine? —Le preguntaría, antes de quitarse el gorro y lanzárselo al pecho—. Guárdamelo. Me flipa ese gorro.
Entonces, empezaría a peinarse el pelo hacia atrás, con calma, como si no hubiesen acabado de gritarle. Toshio sabía la clase de persona que era y sabía que no solía tomarse las cosas muy en serio, y cuando no lo hacía podía llegar a ser bastante tonto. Un imbécil total. Completamente gilipollas, vamos, pero no era... bueno. También era lo que venía después de gilipollas.
Es por eso que decidió tomárselo en serio, pues con lo enfadado que parecía Ryu todo aquello tenía que importarle bastante. No era el momento de ser lo que venía después de gilipollas.
Ahora que sus ojos y su rostro estaban completamente al descubierto, su mejor carta estaba sobre la mesa.
— Venga, vamos al otro local. —Le dijo, con simpleza, antes de empezar a salir del callejón—. Habría sido un desastre si me hubiesen pillado allí junto a ella. Tenemos un plan ¿recuerdas?
El Kurogane levantó ambos pulgares, sonriéndole a su compañera.
— ¡Mucha suerte!
Allí se quedaron un momento parados, hasta que Ryu, con toda la confianza y la mala leche del mundo, le cogió de la oreja y lo arrastró hasta un callejón para echarle la bronca. Parecía muy enfadado y el gesto no había hecho más que enfadar también el Kurogane, quien a punto estuvo de ser el primero en lanzar un puñetazo.
Su vista bajó al puño del chūnin, que se estaba conteniendo muy fuertemente para no cruzarle la cara a Toshio, quien le mantuvo desafiante la mirada durante unos segundos antes de simplemente suspirar y quitarse con ambas manos la mano de Ryu, que no le había soltado la oreja.
— ¿Tienes un peine? —Le preguntaría, antes de quitarse el gorro y lanzárselo al pecho—. Guárdamelo. Me flipa ese gorro.
Entonces, empezaría a peinarse el pelo hacia atrás, con calma, como si no hubiesen acabado de gritarle. Toshio sabía la clase de persona que era y sabía que no solía tomarse las cosas muy en serio, y cuando no lo hacía podía llegar a ser bastante tonto. Un imbécil total. Completamente gilipollas, vamos, pero no era... bueno. También era lo que venía después de gilipollas.
Es por eso que decidió tomárselo en serio, pues con lo enfadado que parecía Ryu todo aquello tenía que importarle bastante. No era el momento de ser lo que venía después de gilipollas.
Ahora que sus ojos y su rostro estaban completamente al descubierto, su mejor carta estaba sobre la mesa.
— Venga, vamos al otro local. —Le dijo, con simpleza, antes de empezar a salir del callejón—. Habría sido un desastre si me hubiesen pillado allí junto a ella. Tenemos un plan ¿recuerdas?