26/06/2022, 20:40
— Has hecho un agujero en el suelo. ¿Cómo te atreves?
¿De qué estaba hablando? ¡Ella había entrado a robar! ¿Cómo le estaba intentando dar lecciones?
— Y tú habrás roto una ventana para entrar. ¿Qué te pasa? ¿Eres una amante de los suelos?
En un primer momento, Kinumi había pensado que se trataba de una ladrona cualquiera. Estaba tan dormida que por un momento se había olvidado que tenía precio a su cabeza en algún circulo tan oscuro que ni lo conocía. Lo recordó cuando la vio formar una enorme mano de hielo y lanzarse a por ella.
Despertó al mismo tiempo que retrocedía, olvidando por un momento el mobiliario del pasillo y tropezandose. Antes de caer al suelo, la mano de hielo ya la había cogido. La estrujó como si se tratase de una muñeca de trapo y por mucho que se retorcía, no aflojaba el agarre.
Dedicó una mirada a su ejecutora. Sin Toshio en la casa, estaba sola, ni siquiera valía la pena gritar pidiendo ayuda. El leve brillo del chakra de la mujer le permitió verle el rostro. Era...
— ¿T-Toshio? — lo mencionó sin pensar, era obvio que no era Toshio, pero era la chica en la que se había transformado en su primera misión.
Ni siquiera fue capaz de reconocer de qué recuerdo le venía esa idea, simplemente lo mencionó con su último aliento. A punto de ser estrujada hasta echar sus intestinos.
¿De qué estaba hablando? ¡Ella había entrado a robar! ¿Cómo le estaba intentando dar lecciones?
— Y tú habrás roto una ventana para entrar. ¿Qué te pasa? ¿Eres una amante de los suelos?
En un primer momento, Kinumi había pensado que se trataba de una ladrona cualquiera. Estaba tan dormida que por un momento se había olvidado que tenía precio a su cabeza en algún circulo tan oscuro que ni lo conocía. Lo recordó cuando la vio formar una enorme mano de hielo y lanzarse a por ella.
Despertó al mismo tiempo que retrocedía, olvidando por un momento el mobiliario del pasillo y tropezandose. Antes de caer al suelo, la mano de hielo ya la había cogido. La estrujó como si se tratase de una muñeca de trapo y por mucho que se retorcía, no aflojaba el agarre.
Dedicó una mirada a su ejecutora. Sin Toshio en la casa, estaba sola, ni siquiera valía la pena gritar pidiendo ayuda. El leve brillo del chakra de la mujer le permitió verle el rostro. Era...
— ¿T-Toshio? — lo mencionó sin pensar, era obvio que no era Toshio, pero era la chica en la que se había transformado en su primera misión.
Ni siquiera fue capaz de reconocer de qué recuerdo le venía esa idea, simplemente lo mencionó con su último aliento. A punto de ser estrujada hasta echar sus intestinos.