26/06/2022, 21:41
En cuanto Yuki la soltó, Kinumi pudo volver a respirar. Ahora consciente de que estaba en peligro. Cayó al suelo, todavía recuperando el aliento, pero cuando se acercó, Kinumi no reaccionó con diplomacia. Sus ojos se tornaron rojos e intentó darle una patada en toda la barbilla en cuanto se acuclilló, impulsandose con sus brazos para ponerse de pie.
— ¡No te acerques!
Retrocedería por el pasillo, mareada y aún no demasiado recuperada de ser medio aplastada por un enorme brazo de hielo. De nuevo, se llevaría la mano al portaobjetos solo para tocar la nada. Maldijo interiormente su falta de preparación. No podía usar ninguna de sus técnicas dentro de la casa de Toshio, ardería hasta los cimientos.
Así que se puso en guardia, dispuesta a usar sus puños aunque fuera.
— ¡No te acerques!
Retrocedería por el pasillo, mareada y aún no demasiado recuperada de ser medio aplastada por un enorme brazo de hielo. De nuevo, se llevaría la mano al portaobjetos solo para tocar la nada. Maldijo interiormente su falta de preparación. No podía usar ninguna de sus técnicas dentro de la casa de Toshio, ardería hasta los cimientos.
Así que se puso en guardia, dispuesta a usar sus puños aunque fuera.