27/06/2022, 10:07
Obviamente, Yuki ni se lo pensó antes de agarrarle una de las manos para impedirle hacer los sellos. Después la volvió a agarrar del cuello y Kinumi empezó a retorcerse de inmediato. Con su mano libre intento liberar su cuello mientras pataleaba con tanto ímpetu como podía.
Aún le permitía respirar, aunque con bastante esfuerzo, pues la estaba alzando con esa misma mano. Sus pies ni siquiera tocaban el suelo. ¿Dónde la llevaba? ¿Qué le importaba donde matarla?
Finalmente tuvo su respuesta. Se trataba de Yukiko Yuki, la amiga de Toshio a la que no paraba de alabar. Al parecer, tenía llave de la casa. Ese detalle Kinumi no lo conocía. Pero poco le importó eso.
— Podrías haber dicho eso desde el principio. — dijo mientras se masajeaba el cuello en cuanto la soltó.
Pronto, su cerebro volvió a funcionar. Volvió a unir las piezas de aquel puzzle. ¿Qué hacía aquí la gran Yukiko Yuki? Sin duda habría ido a la guerra, por lo que debía de haber vuelto de madrugada. Pero ¿por qué estaba aquí ella y no el dueño de la casa? Llorando, sobre una foto.
Se templó ella sola, o tal vez estaba demasiado agotada para reaccionar de ninguna otra forma que no fuese calmada.
— ¿Saben Tamao y Toshio que estás aquí? ¿Están en el hospital? — se puso en el mejor de los casos.
Seguramente Toshio estuviese herido, lo suficiente para tener que ir al hospital. Tal vez fuese una herida seria, pero nada que Tamao no pudiese apañarle... ¿verdad?
La mirada de Kinumi se tornó negra, pero Yuki podría ver que prácticamente le estaba suplicando que le diese la razón a su teoría exageradamente optimista.
Aún le permitía respirar, aunque con bastante esfuerzo, pues la estaba alzando con esa misma mano. Sus pies ni siquiera tocaban el suelo. ¿Dónde la llevaba? ¿Qué le importaba donde matarla?
Finalmente tuvo su respuesta. Se trataba de Yukiko Yuki, la amiga de Toshio a la que no paraba de alabar. Al parecer, tenía llave de la casa. Ese detalle Kinumi no lo conocía. Pero poco le importó eso.
— Podrías haber dicho eso desde el principio. — dijo mientras se masajeaba el cuello en cuanto la soltó.
Pronto, su cerebro volvió a funcionar. Volvió a unir las piezas de aquel puzzle. ¿Qué hacía aquí la gran Yukiko Yuki? Sin duda habría ido a la guerra, por lo que debía de haber vuelto de madrugada. Pero ¿por qué estaba aquí ella y no el dueño de la casa? Llorando, sobre una foto.
Se templó ella sola, o tal vez estaba demasiado agotada para reaccionar de ninguna otra forma que no fuese calmada.
— ¿Saben Tamao y Toshio que estás aquí? ¿Están en el hospital? — se puso en el mejor de los casos.
Seguramente Toshio estuviese herido, lo suficiente para tener que ir al hospital. Tal vez fuese una herida seria, pero nada que Tamao no pudiese apañarle... ¿verdad?
La mirada de Kinumi se tornó negra, pero Yuki podría ver que prácticamente le estaba suplicando que le diese la razón a su teoría exageradamente optimista.