15/07/2022, 19:39
(Última modificación: 29/07/2022, 22:08 por Uchiha Datsue. Editado 2 veces en total.)
Daigo, como el ninja entrenado que era, dedujo rápidamente que no sería buena idea respirar aquel gas de color extraño. Ni él, ni, por supuesto, otra persona como podía ser el esclavo. Se taponó la nariz y la boca como si tuviese miedo a soltar una barbaridad en su primera cita, e hizo lo propio con su adversario.
Distinguió con sus ojos al ninja médico escapando por la puerta lateral.
—¡Que no escape o estamos perdidos! —escupió Chillidos, todavía dolorido pero listo para reincorporarse a la acción. Todos salieron disparados en su dirección en cuanto la nube se deshizo. La Matasanos. Risitas. La Hambrienta. La Faraonesa. La Coleccionista. La Estranguladora. La Llorona. Todos sabían que si aquel hombre lograba dar la voz de alarma, la huida terminaría casi antes siquiera de empezar.
Distinguió con sus ojos al ninja médico escapando por la puerta lateral.
—¡Que no escape o estamos perdidos! —escupió Chillidos, todavía dolorido pero listo para reincorporarse a la acción. Todos salieron disparados en su dirección en cuanto la nube se deshizo. La Matasanos. Risitas. La Hambrienta. La Faraonesa. La Coleccionista. La Estranguladora. La Llorona. Todos sabían que si aquel hombre lograba dar la voz de alarma, la huida terminaría casi antes siquiera de empezar.