19/07/2022, 10:10
Y nada más cruzar la puerta, su presencia se hizo de notar, aunque no por ella y desde luego no como le hubiera gustado. Ladeó un poco la cabeza, y arqueó una de sus cejas al darse cuenta de que había metido la pata. Ocultar ahora la bandana no le serviría de nada. Suspiró desganada, abriendo muy poco sus labios y casi de forma imperceptible ante la atenta mirada de todo el mundo. Ya que aquel hombre había sido quien había dado la voz de alarma, estaba claro que sabría por qué estaba allí, a quien buscaba, o cualquier cosa relacionada con eso.
Caminó sin sacar las manos de sus bolsillos hasta el anciano, y puso solo una de las manos al lado del papel.
— Bueno, ya que has dado el aviso ¿dónde puedo encontrar a Hido, el tigre Azul? — preguntó sin más miramientos, e ignorando a todos los presentes que la miraban.
Caminó sin sacar las manos de sus bolsillos hasta el anciano, y puso solo una de las manos al lado del papel.
— Bueno, ya que has dado el aviso ¿dónde puedo encontrar a Hido, el tigre Azul? — preguntó sin más miramientos, e ignorando a todos los presentes que la miraban.