25/07/2022, 11:29
La morena pudo pisar la calle sin ningún problema, frunciendo el ceño y llevándose una mano a la cabeza.
Todo este rollo de la investigación estaba siendo un quebradero de cabeza. ¿Qué tenía hasta ahora más allá de un par de suposiciones y poco más? Todo era ambiguo y obviamente nadie iba a delatarse de ser un capo de la mafia o pertenecer a una. Hido era sospechoso claramente, ¿si no a qué cojones había venido aquel silbido por parte del viejo? Y más cuando él salió a recibirla bajo la atenta mirada de todo el mundo. Eso por no hablar de los muebles de su despacho, ¿tanto dinero era capaz de producir un gimnasio tan pequeño como para que adornaras exclusivamente de esa forma tan derrochadora un despacho tan enano?
Si seguía atosigándolo a preguntas, tal vez hubieran llegado a las manos, y no habría ni pestañeado los miembros en apoyarlo. Ren sabía hasta donde llegaban sus capacidades, y todavía le quedaba para recuperar las capacidades que tenía cuando luchó en el torneo de los dojos. Pero no podía quedarse ahí lamentándose por ello.
Todavía quedaba una última persona por preguntar, después ya se calentaría la cabeza con las cartas que tuviera sobre la mesa.
Todo este rollo de la investigación estaba siendo un quebradero de cabeza. ¿Qué tenía hasta ahora más allá de un par de suposiciones y poco más? Todo era ambiguo y obviamente nadie iba a delatarse de ser un capo de la mafia o pertenecer a una. Hido era sospechoso claramente, ¿si no a qué cojones había venido aquel silbido por parte del viejo? Y más cuando él salió a recibirla bajo la atenta mirada de todo el mundo. Eso por no hablar de los muebles de su despacho, ¿tanto dinero era capaz de producir un gimnasio tan pequeño como para que adornaras exclusivamente de esa forma tan derrochadora un despacho tan enano?
Si seguía atosigándolo a preguntas, tal vez hubieran llegado a las manos, y no habría ni pestañeado los miembros en apoyarlo. Ren sabía hasta donde llegaban sus capacidades, y todavía le quedaba para recuperar las capacidades que tenía cuando luchó en el torneo de los dojos. Pero no podía quedarse ahí lamentándose por ello.
Todavía quedaba una última persona por preguntar, después ya se calentaría la cabeza con las cartas que tuviera sobre la mesa.