12/09/2022, 11:59
No se imaginó el optimismo con el cargó su última frase. Para nada se lo esperaba, no le daba la sensación que fuera ese tipo de persona. De todos modos, parecía que eso le daba un poco más de calma a la mujer. No podía quejarse de la ninja que le había tocado para cumplir su misión, por lo menos hasta ahora. Llegaba el momento en el que había que cumplir la tarea.
Al salir, la kunoichi notaría que el clima era un poco más ameno que al de hace un rato. Seguía haciendo algo de frío, pero no tanto. Como punto de partida Sayori, con ayuda del chakra, se subió a uno de los techos de estas casas. No solo era buena idea por el dato de que Michio le gustaba ir por esas alturas, sino que también para tener un paneo general de como venía la mano por allí.
Desde ahí arriba podría ver los techos de varias casas aledañas. Algunas más altas, otras más bajas. Lo que sí, la altura era decente para mirar los alrededores. No podía ver mucho más allá que esa zona, pero eso ya era un punto para arrancar. Y, de arranque, digamos que no hubo mucha suerte, solo un poco de esta.
En parte, a los gatos no les suele gustar el agua, por lo que un clima como en el que hay en la aldea le podía llegar a molestar a estos seres. Sin embargo, sacando los gatos que viven bajo un techo, los que son callejeros deben adaptarse a esta situación. Ya sea buscando un lugar que los resguarde o acostumbrándose a la lluvia casi permanente.
Con eso en cuenta, a unas cuantas casas más adelante, podía ver a un felino de un tamaño mediano. Aunque encima de una casa, se protegía del clima bajo un pequeño saliente de otra edificación. De entrada, sabía que no era el que buscaba porque el color de este era completamente blanco. Estaba comiendo algo que la Yuki no podía distinguir bien que, y se ayudaba con su patita para no mover el alimento e ingería con bastantes ganas a decir verdad. Concentrado en eso y con la distancia que había, casi que ni se dio cuenta de la presencia de la humana en los tejados.
Sacando a ese, no había otro animal que la chica viese desde allí en esa zona.
Al salir, la kunoichi notaría que el clima era un poco más ameno que al de hace un rato. Seguía haciendo algo de frío, pero no tanto. Como punto de partida Sayori, con ayuda del chakra, se subió a uno de los techos de estas casas. No solo era buena idea por el dato de que Michio le gustaba ir por esas alturas, sino que también para tener un paneo general de como venía la mano por allí.
Desde ahí arriba podría ver los techos de varias casas aledañas. Algunas más altas, otras más bajas. Lo que sí, la altura era decente para mirar los alrededores. No podía ver mucho más allá que esa zona, pero eso ya era un punto para arrancar. Y, de arranque, digamos que no hubo mucha suerte, solo un poco de esta.
En parte, a los gatos no les suele gustar el agua, por lo que un clima como en el que hay en la aldea le podía llegar a molestar a estos seres. Sin embargo, sacando los gatos que viven bajo un techo, los que son callejeros deben adaptarse a esta situación. Ya sea buscando un lugar que los resguarde o acostumbrándose a la lluvia casi permanente.
Con eso en cuenta, a unas cuantas casas más adelante, podía ver a un felino de un tamaño mediano. Aunque encima de una casa, se protegía del clima bajo un pequeño saliente de otra edificación. De entrada, sabía que no era el que buscaba porque el color de este era completamente blanco. Estaba comiendo algo que la Yuki no podía distinguir bien que, y se ayudaba con su patita para no mover el alimento e ingería con bastantes ganas a decir verdad. Concentrado en eso y con la distancia que había, casi que ni se dio cuenta de la presencia de la humana en los tejados.
Sacando a ese, no había otro animal que la chica viese desde allí en esa zona.