15/09/2022, 02:27
La Estranguladora parecía haber sido poseída por una especie de fuerza superior que la obligaba a seguir estrangulando a aquel hombre. Simplemente no se podía detener, así que Daigo intentó acercarse tan rápido como pudo para detenerla, pero de nuevo fue demasiado lento como para hacer nada. Apenas había llegado a estirar la mano, cuando vio como la Hambrienta le atravesaba la sien a la Estranguladora con un bisturí que probablemente había cogido del matadero.
— ¡No!
Instantáneamente, Daigo se agachó para tomarle el pulso a la Estranguladora. Ni siquiera fue algo que haya pensado. Fue más bien un acto reflejo alimentado por la esperanza de que estuviese viva de alguna manera. No lo estaba.
El caos se estaba formando a su alrededor. la Hambrienta seguía buscando culpables mientras Risitas reía, Chillidos chillaba y la Matasanos perdía los nervios. Estaba en sus manos mantener la calma y conseguir retomar el rumbo de la operación. Debía encontrar la manera de calmar la situación. Debía...
— ¿¡Es que quieres morir!? —Con una mano, fue a agarrarle la muñeca de la mano en la que la Hambrienta tenía su arma, mientras que con la otra la fue a agarrar del cuello para estamparla contra la pared más cercana—. Te dije que lo descubriríamos al salir. ¡No tenemos tiempo para estas cosas!
Hacía falta una personalidad mucho más calmada que la suya, o una voluntad mucho más fuerte para no perder los nervios en una situación como esa. ¡Cualquier error podría ser el último y aquí estaban matándose entre sí! ¿Y ahora qué se supone que debía hacer él? Se sorprendió de sí mismo al considerar que todo sería mucho más fácil si se deshiciese de ella en aquel mismo instante. Así, además, todo el mundo sabría lo que pasaría con quien se volviese en contra de sus compañeros, pero él no era ese tipo de persona.
— Nos vamos a enterar al salir. —Le repitió—. Pon tu vida primero, luego lo demás. Ninguno de nosotros sobrevivirá solo, así que no mates a tus compañeros. ¿Entendido?
No aflojó el agarre en ningún momento, sino más bien al contario, y no lo haría hasta no tener una respuesta afirmativa por parte del la Hambrienta.
— ¡No!
Instantáneamente, Daigo se agachó para tomarle el pulso a la Estranguladora. Ni siquiera fue algo que haya pensado. Fue más bien un acto reflejo alimentado por la esperanza de que estuviese viva de alguna manera. No lo estaba.
El caos se estaba formando a su alrededor. la Hambrienta seguía buscando culpables mientras Risitas reía, Chillidos chillaba y la Matasanos perdía los nervios. Estaba en sus manos mantener la calma y conseguir retomar el rumbo de la operación. Debía encontrar la manera de calmar la situación. Debía...
— ¿¡Es que quieres morir!? —Con una mano, fue a agarrarle la muñeca de la mano en la que la Hambrienta tenía su arma, mientras que con la otra la fue a agarrar del cuello para estamparla contra la pared más cercana—. Te dije que lo descubriríamos al salir. ¡No tenemos tiempo para estas cosas!
Hacía falta una personalidad mucho más calmada que la suya, o una voluntad mucho más fuerte para no perder los nervios en una situación como esa. ¡Cualquier error podría ser el último y aquí estaban matándose entre sí! ¿Y ahora qué se supone que debía hacer él? Se sorprendió de sí mismo al considerar que todo sería mucho más fácil si se deshiciese de ella en aquel mismo instante. Así, además, todo el mundo sabría lo que pasaría con quien se volviese en contra de sus compañeros, pero él no era ese tipo de persona.
— Nos vamos a enterar al salir. —Le repitió—. Pon tu vida primero, luego lo demás. Ninguno de nosotros sobrevivirá solo, así que no mates a tus compañeros. ¿Entendido?
No aflojó el agarre en ningún momento, sino más bien al contario, y no lo haría hasta no tener una respuesta afirmativa por parte del la Hambrienta.
![[Imagen: IMG-20210515-202948-586.png]](https://i.ibb.co/fqtcMG8/IMG-20210515-202948-586.png)
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.