19/09/2022, 14:05
Ya sea suposición o simple casualidad, no preocuparse del gato blanco no iba a ser un problema. Este fue apoyado en el suelo, o más bien el techo, y ya se dio cuenta que no iba a convencerla de ninguna manera. Su respuesta no sería agresiva, de hecho casi que fue el mismo animal que empezó a ignorar y a alejarse de la ninja, había comprendido bastante bien que había perdido esa pelea.
Por el lado contrario, al marrón no le gustó nada que guardara las sardinas y mucho menos que se empiece a alejar. Soltó un notorio bufido ni bien comenzó su movimiento y comenzó a seguirla cuando la chica ya avanzó un par de casas. Parecía que el gato no era tan rápido como se podía pensar, pero si muy hábil moviéndose en aquella zona. Pareciese que en su diminuto cerebro tenía ese lugar totalmente memorizado.
En un momento la iba a alcanzar. Tomaría impulso con un salto y se lanzaría directamente a la pierna de Sayori. Vaya a saber si intentó inquirir en su portaobjetos, buscando conseguir las sardinas o, simplemente, hacerle daño. Pero la verdad que solo llegó a hacer lo segundo, pegando un zarpazo con sus garras en la pantorrilla, un poco más abajo de su bandana ninja. Si el arañazo impactaba, sentiría un leve dolor punzante (4 PV) en dicha parte del cuerpo. Sería más el momento del dolor que otra cosa, porque no había sido para nada grave.
Fuera cual fuera el resultado de su ataque, el gato no le seguiría. Se quedaría quieto, mirándola mientras se retiraba.
Por el lado contrario, al marrón no le gustó nada que guardara las sardinas y mucho menos que se empiece a alejar. Soltó un notorio bufido ni bien comenzó su movimiento y comenzó a seguirla cuando la chica ya avanzó un par de casas. Parecía que el gato no era tan rápido como se podía pensar, pero si muy hábil moviéndose en aquella zona. Pareciese que en su diminuto cerebro tenía ese lugar totalmente memorizado.
En un momento la iba a alcanzar. Tomaría impulso con un salto y se lanzaría directamente a la pierna de Sayori. Vaya a saber si intentó inquirir en su portaobjetos, buscando conseguir las sardinas o, simplemente, hacerle daño. Pero la verdad que solo llegó a hacer lo segundo, pegando un zarpazo con sus garras en la pantorrilla, un poco más abajo de su bandana ninja. Si el arañazo impactaba, sentiría un leve dolor punzante (4 PV) en dicha parte del cuerpo. Sería más el momento del dolor que otra cosa, porque no había sido para nada grave.
Fuera cual fuera el resultado de su ataque, el gato no le seguiría. Se quedaría quieto, mirándola mientras se retiraba.