24/09/2022, 23:25
La kunoichi decidió meterse al callejón, donde estaba ni más ni menos que el gato. Reacio a seguir huyendo, tenía unos asuntos pendientes a realizar antes de seguir con su vida normal. Pareciese que estaba simplemente rebuscando en la basura o escondiendo algo. Una de esas afirmaciones podía ser algo cierta, pero la realidad era otra.
En el mientras tanto, la chica lo vio a este y comenzó a hablarle, intentando prevenir al gato que se lleve un susto. Este ya le había escuchado llegar pero, al escucharla hablar, sacó su cabecita y le miró un segundo de reojo. Volvió a meter la cabeza y dejó que esta siga parlando.
La cola estaba en un vaivén interesante durante las palabras de la Yuki. Ese movimiento se detuvo cuando la humana había terminado de hablar y comenzó a acercarse. Del contenedor salió una, fugaz y más pequeña de lo normal, nube de humo que se disolvería con rapidez. Sayori no se había perdido mucho, pues el gato seguía en el contenedor, solo que esta vez asomó nuevamente la cabeza y apoyaba sus patitas en el borde.
—Disculpa, no te estaba prestando atención. — Dijo el felino como si fuera lo más normal del mundo hablarle a una persona. Por lo menos para el animal lo era, sobre todo a los shinobis.
Allí podría darse cuenta que esa voz grave era la misma que había escuchado tan solo momentos antes.
—¿Mencionaste algo de comida? Porque me vendría de puta madre comer un poco. — En el momento que el gato dijo "comida" torció levemente su cabeza para un costado.
En el mientras tanto, la chica lo vio a este y comenzó a hablarle, intentando prevenir al gato que se lleve un susto. Este ya le había escuchado llegar pero, al escucharla hablar, sacó su cabecita y le miró un segundo de reojo. Volvió a meter la cabeza y dejó que esta siga parlando.
La cola estaba en un vaivén interesante durante las palabras de la Yuki. Ese movimiento se detuvo cuando la humana había terminado de hablar y comenzó a acercarse. Del contenedor salió una, fugaz y más pequeña de lo normal, nube de humo que se disolvería con rapidez. Sayori no se había perdido mucho, pues el gato seguía en el contenedor, solo que esta vez asomó nuevamente la cabeza y apoyaba sus patitas en el borde.
—Disculpa, no te estaba prestando atención. — Dijo el felino como si fuera lo más normal del mundo hablarle a una persona. Por lo menos para el animal lo era, sobre todo a los shinobis.
Allí podría darse cuenta que esa voz grave era la misma que había escuchado tan solo momentos antes.
—¿Mencionaste algo de comida? Porque me vendría de puta madre comer un poco. — En el momento que el gato dijo "comida" torció levemente su cabeza para un costado.