5/10/2022, 03:44
*Apenas segundos después de haber llamado a la puerta escuchó como alguien en el interior dijo algo que no alcanzó a comprender, solo se pudo percatar de que había alguien más, un muchacho quien la atendió mucho antes de lo previsto y ya sea para su suerte o no, la espera le fue bastante corta. El chico que parecía tener su edad no tardó en cambiar su actitud cuando se dio cuenta que en frente suyo tenía a una ninja de Amegakure.*
«Perdón por la interrupción, no quiero hacerle perder mucho tiempo, soy Yuki Sayori Genin de Ame y me encuentro en la tarea de encontrar a un felino de nombre Michio, nuestras investigaciones aseguran que se encuentra cerca de esta área… si posee alguna información que me pueda proporcionar será de gran ayuda e importancia para el bienestar de la aldea»
*Pese a la breve espera pudo formar y memorizar las palabras en su cabeza, tenía el discurso listo para recitarlo con su voz monótona, pero en lugar de eso la realidad fue que...*
- ¿P-perdón por la interrupción… uhm… lo… lo has visto? -
*Y allí murieron sus palabras habiendo olvidado el resto de lo que iba a decir, y solo mostrándole al joven el retrato de Michio, si éste prestaba atención hasta podría notar que la mano que sostenía la imagen le temblaba levemente, pero hacía lo posible por mantener la compostura y seriedad, intentando comportarse como la kunoichi que era a pesar de su torpeza social.*
«Perdón por la interrupción, no quiero hacerle perder mucho tiempo, soy Yuki Sayori Genin de Ame y me encuentro en la tarea de encontrar a un felino de nombre Michio, nuestras investigaciones aseguran que se encuentra cerca de esta área… si posee alguna información que me pueda proporcionar será de gran ayuda e importancia para el bienestar de la aldea»
*Pese a la breve espera pudo formar y memorizar las palabras en su cabeza, tenía el discurso listo para recitarlo con su voz monótona, pero en lugar de eso la realidad fue que...*
- ¿P-perdón por la interrupción… uhm… lo… lo has visto? -
*Y allí murieron sus palabras habiendo olvidado el resto de lo que iba a decir, y solo mostrándole al joven el retrato de Michio, si éste prestaba atención hasta podría notar que la mano que sostenía la imagen le temblaba levemente, pero hacía lo posible por mantener la compostura y seriedad, intentando comportarse como la kunoichi que era a pesar de su torpeza social.*
«Pienso» l Hablo l Narro