28/10/2022, 16:50
Con jadeos que parecían llevar a la chica al desmayo, o al desfallecimiento, la pequeña terminó por recortar la distancia que les separaba en una apurada carrera. No se dio el lujo de un simple respiro, si no hasta que llegó a la altura en que el par de genins estaba. Alzó la mano ante las preguntas, tomando aire en profundas bocanadas.
—Un —Tomó de nuevo aire, casi dejando al resto de los allí presentes sin oxigeno. —momento —De nuevo, tomó una ingente cantidad de aire. —por —Y una última vez, tomó aire. —favor.
La chica terminó alzándose, dentro de lo que podía. Parecía haber recuperado un poco la oxigenación en su cuerpo, se sentía como un pez que vuelve a caer al agua tras estar en una barca de pesca. —Por favor, no crucéis a ese pueblo... está maldito. Toda las noches, repiten el mismo día. Una y otra vez, y nadie que entra puede volver a salir... quedan atrapados.
El marionetista arqueó una ceja. No pudo evitar mirar hacia el pueblo que tenían a la espalda. La verdad, se veía raro, pero tanto como maldito...
—¿Está tomándonos el pelo, señorita?
—¡Lo juro! ¡Es toda la verdad!.
—¿Un pueblo donde se repite el día una y otra vez, y todos están atrapados por siempre...? Casi suena como algún tipo de jutsu ilusorio...
—Todo vuelve a repetirse desde que la luz verde ilumina el cielo de medianoche. —Contestó la pequeña. —Todo vuelve a como estaba, y nadie recuerda nada.
Esa misma respuesta hizo al titiritero dudar. Si nadie recordaba nada al día siguiente, ¿cómo es que esa chica sabía de todo lo que estaba pasando?. Y más importante aún, ¿por qué nadie del pueblo vecino había dado parte de ese hecho?.
—Un —Tomó de nuevo aire, casi dejando al resto de los allí presentes sin oxigeno. —momento —De nuevo, tomó una ingente cantidad de aire. —por —Y una última vez, tomó aire. —favor.
La chica terminó alzándose, dentro de lo que podía. Parecía haber recuperado un poco la oxigenación en su cuerpo, se sentía como un pez que vuelve a caer al agua tras estar en una barca de pesca. —Por favor, no crucéis a ese pueblo... está maldito. Toda las noches, repiten el mismo día. Una y otra vez, y nadie que entra puede volver a salir... quedan atrapados.
El marionetista arqueó una ceja. No pudo evitar mirar hacia el pueblo que tenían a la espalda. La verdad, se veía raro, pero tanto como maldito...
—¿Está tomándonos el pelo, señorita?
—¡Lo juro! ¡Es toda la verdad!.
—¿Un pueblo donde se repite el día una y otra vez, y todos están atrapados por siempre...? Casi suena como algún tipo de jutsu ilusorio...
—Todo vuelve a repetirse desde que la luz verde ilumina el cielo de medianoche. —Contestó la pequeña. —Todo vuelve a como estaba, y nadie recuerda nada.
Esa misma respuesta hizo al titiritero dudar. Si nadie recordaba nada al día siguiente, ¿cómo es que esa chica sabía de todo lo que estaba pasando?. Y más importante aún, ¿por qué nadie del pueblo vecino había dado parte de ese hecho?.