30/10/2022, 14:08
La Hambrienta no aguantó los nervios.
—¡Cállate, puto niño! —le escupió, fuera de sí, a Risitas. Su puta risa le estaba poniendo de los nervios y dificultando la labor de encontrar la combinación correcta—. ¡Vamos, Sin Piernas! ¡Dime que tienes algo más!
Por unos segundos, no ocurrió nada. Ninguno del bando de Daigo hizo movimiento alguno. Delincuentes y fuera de la ley, pero parecía que todos compartían un mismo código: el de la camaradería.
Nathifa, lejos de sentirse dolida, esbozó una sonrisa de complacencia. Como si le acabasen de demostrar que ella estaba en lo cierto. Dio un sonoro golpe con la base del bastón en el suelo, y la Tríada de Sanbei se activó. La kunoichi con la máscara de torbellino volvió a mover el abanico gigante, acompañada del shinobi de la máscara con la pirámide de oro. Del segundo nació de sus labios, tras una tanda corta de sellos, un chorro de llamas que fue alimentado por una corriente de aire que generó la primera.
Era una combinación potente ((60PV + 50PV) + 100PV))que se precipitó, inclemente, sobre los reos. Del brazo de Chillidos brotó un escudo de huesos tras el que se cobijó, hincando la rodilla al suelo y agachando la cabeza. La Matasanos realizó un Shunshin hacia la Llorona y, llevándola casi en volandas, empezó a correr hacia la habitación de Nathifa, evadiendo el fuego y el viento por los pelos.
¿Qué haría Sin Piernas?
—¡Cállate, puto niño! —le escupió, fuera de sí, a Risitas. Su puta risa le estaba poniendo de los nervios y dificultando la labor de encontrar la combinación correcta—. ¡Vamos, Sin Piernas! ¡Dime que tienes algo más!
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Por unos segundos, no ocurrió nada. Ninguno del bando de Daigo hizo movimiento alguno. Delincuentes y fuera de la ley, pero parecía que todos compartían un mismo código: el de la camaradería.
Nathifa, lejos de sentirse dolida, esbozó una sonrisa de complacencia. Como si le acabasen de demostrar que ella estaba en lo cierto. Dio un sonoro golpe con la base del bastón en el suelo, y la Tríada de Sanbei se activó. La kunoichi con la máscara de torbellino volvió a mover el abanico gigante, acompañada del shinobi de la máscara con la pirámide de oro. Del segundo nació de sus labios, tras una tanda corta de sellos, un chorro de llamas que fue alimentado por una corriente de aire que generó la primera.
Era una combinación potente ((60PV + 50PV) + 100PV))que se precipitó, inclemente, sobre los reos. Del brazo de Chillidos brotó un escudo de huesos tras el que se cobijó, hincando la rodilla al suelo y agachando la cabeza. La Matasanos realizó un Shunshin hacia la Llorona y, llevándola casi en volandas, empezó a correr hacia la habitación de Nathifa, evadiendo el fuego y el viento por los pelos.
¿Qué haría Sin Piernas?