6/11/2022, 22:47
Por lo que la chica decía, o se trataba de pura brujería, o bien se trataba de algún tipo de técnica de sellado de muy alto nivel. La verdad, ni en los libros más selectos sobre el tema, el titiritero había llegado a leer sobre algo así. Secuestrar un pueblo entero no era moco de pavo, era una auténtica locura. Impedir a un centenar de personas salir, e incluso borrarles la memoria... ¡QUE LOCURA!.
Su compañera pareció mirar al marionetista por un segundo, como intentando decir algo. El chico supuso que se refería a aceptar esperar. Si de verdad sucedía lo que la pequeña decía sobre el vendedor, tendrían una prueba crucial con ellos. Además, se podrían despejar la duda de si esa chica les estaba tomando el pelo. Mataban a dos pájaros de un tiro. Así pues, Moguko fue la que lanzó la pregunta, una que no dudaría en responder.
—Claro, supongo que podemos esperar un poco para ver de lo que habla la pequeña Ohiko.
—¡G-gracias! —Contestó rápidamente.
—¿Y conoces a mucha gente de Nokoto?.
Ante todo, el chico no quería hacer de éste rato una espera tensa y despiadada, si podían aliviar la tensión con un poco de charla, pues mejor. Y así además podían ganar un poco más de información. La chica parecía bastante contenta, como si el hecho de que la pareja le hiciesen caso fuese algo inusual.
—Pues... no a mucha gente. Tengo a unos cuantos amigos, el colegio es común para ambos pueblos, y ellos venían normalmente hasta nuestro pueblo.
—¿Y ya no van?.
—No, hace unas semanas que no viene nadie de Nokoto.
Su compañera pareció mirar al marionetista por un segundo, como intentando decir algo. El chico supuso que se refería a aceptar esperar. Si de verdad sucedía lo que la pequeña decía sobre el vendedor, tendrían una prueba crucial con ellos. Además, se podrían despejar la duda de si esa chica les estaba tomando el pelo. Mataban a dos pájaros de un tiro. Así pues, Moguko fue la que lanzó la pregunta, una que no dudaría en responder.
—Claro, supongo que podemos esperar un poco para ver de lo que habla la pequeña Ohiko.
—¡G-gracias! —Contestó rápidamente.
—¿Y conoces a mucha gente de Nokoto?.
Ante todo, el chico no quería hacer de éste rato una espera tensa y despiadada, si podían aliviar la tensión con un poco de charla, pues mejor. Y así además podían ganar un poco más de información. La chica parecía bastante contenta, como si el hecho de que la pareja le hiciesen caso fuese algo inusual.
—Pues... no a mucha gente. Tengo a unos cuantos amigos, el colegio es común para ambos pueblos, y ellos venían normalmente hasta nuestro pueblo.
—¿Y ya no van?.
—No, hace unas semanas que no viene nadie de Nokoto.