15/02/2016, 17:29
¿Había... Ganado? ¡Había ganado! ¿!PERO QUÉ HABÍA HECHO?! ¡HABÍA DEJADO INCONSCIENTE A UNA DESCONOCIDA! Que no cunda el pánico, el señor y dueño del dojo dijo que estaba todo bien... La genin de Takigakure se perdió por donde había venido gracias a que su hermano se la llevó para que descansara. La de Uzushiogakure ahora comenzó a atender a las palabras del abuelo, rígida y con los brazos pegados al cuerpo.
Hacia tiempo que no tenia que dar una medalla
Observó el objeto que había depositado en su mano izquierda, era... Genial, parecía estar recién hecho, brillante y sin ningún rasguño: era como un reloj de arena, que contaba con un triángulo reflejado, haciendo así dos triángulos iguales, y justo donde se encontraban había un adorno dorado. Se lo guardó con clara gratitud hacia el dueño y sin querer un tono rojizo se apoderó de sus mejillas al recibir tal cumplido.
Pero el nieto estaba de pie junto a su abuelo, bufando molesto mientras se aseguraba de que las vendas que adornaban sus extremidades estaban bien atadas a su cuerpo. Su vestimenta, que contaba con una camiseta sin mangas amarilla y unos pantalones marrones, era tan holgada que ondeaba con cada movimiento que éste realizaba.
-Bueno... ¿Qué? Es mi turno ahora -. Dijo inquieto, mirando con los ojos entrecerrados a la que había vencido a su hermana. La chica, abochornada, se fue a sentar a su cojín sin mediar palabra. Una vez allí se sentó y posó los ojos en Nabi, intentando trasmitir ánimos si en algún momento se cruzaba el verde con el negro.
- Esta bien Sekkachi, no seas impaciente -. Anunció tranquilo desde su cojín. -Es vuestro turno, tomad vuestras posiciones y comenzad
El muchacho de nombre Sekkachi adoptó la misma posición que momentos antes había puesto su hermana, sin perder de vista al genin de Uzushiogakure hasta que él se posicionase justo en frente de su posición.
Hacia tiempo que no tenia que dar una medalla
Observó el objeto que había depositado en su mano izquierda, era... Genial, parecía estar recién hecho, brillante y sin ningún rasguño: era como un reloj de arena, que contaba con un triángulo reflejado, haciendo así dos triángulos iguales, y justo donde se encontraban había un adorno dorado. Se lo guardó con clara gratitud hacia el dueño y sin querer un tono rojizo se apoderó de sus mejillas al recibir tal cumplido.
Pero el nieto estaba de pie junto a su abuelo, bufando molesto mientras se aseguraba de que las vendas que adornaban sus extremidades estaban bien atadas a su cuerpo. Su vestimenta, que contaba con una camiseta sin mangas amarilla y unos pantalones marrones, era tan holgada que ondeaba con cada movimiento que éste realizaba.
-Bueno... ¿Qué? Es mi turno ahora -. Dijo inquieto, mirando con los ojos entrecerrados a la que había vencido a su hermana. La chica, abochornada, se fue a sentar a su cojín sin mediar palabra. Una vez allí se sentó y posó los ojos en Nabi, intentando trasmitir ánimos si en algún momento se cruzaba el verde con el negro.
- Esta bien Sekkachi, no seas impaciente -. Anunció tranquilo desde su cojín. -Es vuestro turno, tomad vuestras posiciones y comenzad
El muchacho de nombre Sekkachi adoptó la misma posición que momentos antes había puesto su hermana, sin perder de vista al genin de Uzushiogakure hasta que él se posicionase justo en frente de su posición.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)