13/11/2022, 17:50
La kunoichi reconoció que la tarea estaba siendo bastante frustrante. No habían obtenido resultado, y eso hacía que fuese realmente tedioso. Pero por otro lado, estaban a punto de acabar. No podían simplemente darse la vuelta y acabar con una tarea a medias. Sería ilógico y contraproducente, la verdad. Moguko terminó aclarando que estaba de a cuerdo en acabar, y así podrían ver cómo proceder luego. Aunque eso era técnicamente sencillo.
—Vale.
Continuaron el camino, y nuevamente se entremetieron por una zona frondosa y llena de vegetación. Ésta era la zona que llevaba hasta las grandes rocas, esas donde habían conocido a la pequeña viajera, y al vendedor. Por más que buscasen, no iban a ver ningún sello, ni ninguna marca rara en la zona. O bien las habían escondido a consciencia, o bien estaban dentro. Quizás Moguko llevaba razón en ello.
Llegaron al lugar, las mencionadas rocas. Allí, hasta el titiritero soltaría un suspiro. No habían encontrado nada.
—No hemos visto nada, pero al menos nos servirá para informar al pedir ayuda... —Informó con bajos ánimos.
—Vale.
Continuaron el camino, y nuevamente se entremetieron por una zona frondosa y llena de vegetación. Ésta era la zona que llevaba hasta las grandes rocas, esas donde habían conocido a la pequeña viajera, y al vendedor. Por más que buscasen, no iban a ver ningún sello, ni ninguna marca rara en la zona. O bien las habían escondido a consciencia, o bien estaban dentro. Quizás Moguko llevaba razón en ello.
Llegaron al lugar, las mencionadas rocas. Allí, hasta el titiritero soltaría un suspiro. No habían encontrado nada.
—No hemos visto nada, pero al menos nos servirá para informar al pedir ayuda... —Informó con bajos ánimos.