13/11/2022, 18:24
Su compañera tomó asiento relativamente cerca de Arata. Una vez todos sentados, comenzaron a volar las posibilidades de pedir ayuda. La pequeña barajó unas cuantas posibilidades, algunas con sentido y otras... no tanto. La kunoichi justificó que sabría donde pedir ayuda a mercenarios o ninjas, pero terminó informando que no sabía muy bien donde encontrar piratas. El titiritero no sabía muy bien si simplemente bromeaba, o tan solo le seguía la corriente a la pequeña. Poco tardó en echarle la pregunta a la pequeña, sobre si sabía ella donde podían encontrarlos.
—¡Hay que buscar barcos con velas negras! —Contestó eufórica. —Pero... ellos solo rompen cosas, y se emborrachan...
El titiritero no pudo evitar reír un poco. —No creo que eso sea de demasiada ayuda, ¿no?.
—¡Pero los piratas MOLAN!
Cualquiera le decía lo contrario a la pequeña. Casi parecía esa más su vocación que la de "medico de caballos", pues ni a eso le había dado tanto pie. Pero en fin, los niños suelen ser así, ¿no?.
—Bueno, veremos a quién podemos pedir ayuda... —Informó, para propinar otro suspiro de cansancio.
—¡Hay que buscar barcos con velas negras! —Contestó eufórica. —Pero... ellos solo rompen cosas, y se emborrachan...
El titiritero no pudo evitar reír un poco. —No creo que eso sea de demasiada ayuda, ¿no?.
—¡Pero los piratas MOLAN!
Cualquiera le decía lo contrario a la pequeña. Casi parecía esa más su vocación que la de "medico de caballos", pues ni a eso le había dado tanto pie. Pero en fin, los niños suelen ser así, ¿no?.
—Bueno, veremos a quién podemos pedir ayuda... —Informó, para propinar otro suspiro de cansancio.