13/11/2022, 18:59
—Si, sin monedas no trabajan. Pero vamos, igual que la mayoría de personas... —Añadió al comentario de la kunoichi.
El joven terminó por volver a una posición más sentada, aunque quería descansar en realidad el tiempo también era oro. La pequeña podía vigilar una entrada, pero el pueblo tenía incluso una segunda entrada. Era cuestión de tiempo que alguna otra persona se viese atrapada por esa cárcel. Quería irse ya, pero en realidad tampoco tenía demasiadas fuerzas como para retomar el viaje de regreso.
—¿Cinco minutos y nos vamos?. —Preguntó.
La verdad, el tiempo era un arma de doble filo. Importante, y mortífero.
El joven terminó por volver a una posición más sentada, aunque quería descansar en realidad el tiempo también era oro. La pequeña podía vigilar una entrada, pero el pueblo tenía incluso una segunda entrada. Era cuestión de tiempo que alguna otra persona se viese atrapada por esa cárcel. Quería irse ya, pero en realidad tampoco tenía demasiadas fuerzas como para retomar el viaje de regreso.
—¿Cinco minutos y nos vamos?. —Preguntó.
La verdad, el tiempo era un arma de doble filo. Importante, y mortífero.