23/11/2022, 10:41
Unos minutos más tarde, la anciana apareció con una bandeja con la tetera, dos tazas y unas galletitas de mantequilla. La dejó sobre la mesa y se sentó soltando un fuerte suspiro.
— Ooohh, qué mayor estoy. Sirvete tú misma, no confio demasiado en mi pulso para esas cosas ya.
La anciana echó un vistazo ella misma a su propio salón con un aire solemne. Después volvió a prestar atención a Yuu.
— ¿Donde está tu amiguita? Hay té de sobras para las tres si quieres llamarla. — le dijo sonriente.
— Ooohh, qué mayor estoy. Sirvete tú misma, no confio demasiado en mi pulso para esas cosas ya.
La anciana echó un vistazo ella misma a su propio salón con un aire solemne. Después volvió a prestar atención a Yuu.
— ¿Donde está tu amiguita? Hay té de sobras para las tres si quieres llamarla. — le dijo sonriente.