24/11/2022, 21:25
Yuri había estado hablando con los habitantes de la casa, que estaban en el patio trasero celebrando el cumpleaños de su hija. Tras preguntar y hacer todo lo que tenía que hacer, volvió a la calle para ir a buscar a su pupila, solo para encontrarsela fisgoneando en las ventanas de la casa.
— ¿Y-Yuki? ¿E-Estas aquí, Yuki-chan? —
— Querrás decir, Yuki-senpai, ¿verdad? — la llamó desde detrás suyo, esta vez a distancia y sin hacer ningún tono extraño.
Estaba pensativa. Pensaba que tenía resuelto el puzzle y ya no era la hora de las bromas. Era la hora de la acción. No esperaba que Yuu hubiese encontrado nada relevante, pero le daba curiosidad la cestita que llevaba entre las manos. Esperó a que su kohai se acercase y se explicase sin tener que pedirselo.
— ¿Y-Yuki? ¿E-Estas aquí, Yuki-chan? —
— Querrás decir, Yuki-senpai, ¿verdad? — la llamó desde detrás suyo, esta vez a distancia y sin hacer ningún tono extraño.
Estaba pensativa. Pensaba que tenía resuelto el puzzle y ya no era la hora de las bromas. Era la hora de la acción. No esperaba que Yuu hubiese encontrado nada relevante, pero le daba curiosidad la cestita que llevaba entre las manos. Esperó a que su kohai se acercase y se explicase sin tener que pedirselo.