16/02/2016, 04:27
Su nuevo compañero carente de cabello no había dicho nada, parecía ser que o prefería que Noemi hiciera las preguntas o que tenía las mismas dudas que ella y por ello no tenía sentido que abriese la boca. Pero la respuesta que le proporcionó el anciano ante su primera duda no le había gustado para nada, es decir, se negó rotundamente a decir nada en contra de alguien como si tuviese miedo a algo pero claro, si algo era sabido era que cuando una persona se ponía de esa manera no tenía mucho sentido insistir a no ser que se tratase de un conocido de toda la vida. ~ Tendremos que dar palos de ciego… ~ Se quejaba la kunoichi en lo que intentaba encontrar algún detallito adicional en el cadáver.
Justo en ese instante en que la rubia de Takigakure se inclinó un poco más para ver con más detalles algunas heridas del pecho fue cuando un nuevo aroma le llegó. La mueca de asco que soltó posiblemente le habría causado gracia a quien quiera que la viese, pero luego de tener una jodida arcada la chica se había alejado unos pasos quedándose muy cerca de una de las esquinas de la habitación intentando contener su cena en su estómago. ~ Que porquería… ~ Decía en su mente ya que claro, no se atrevería a soltar un comentario así en la escena de un crimen. Pero si soltaría otra pregunta la cual recibió una sencilla respuesta. — Treinta y seis entonces… — Susurró para si misma mientras sacaba cuentas, restando a los que estaban en la posada para cuando ella salió de allí junto a Karamaru y Yoshi. ~ ¿Veintinueve serán...? ~ Las dudas estaban respecto del razonamiento.
— Bien… Creo que ya no tengo nada más para preguntarle señor Hiromi… ¿Cierto...? — Tenía sus dudas de si así se llamaba o era una especie de mote con algun tipo de significado, pero con eso recordó que el anciano ni siquiera se había presentado ante ellos, simplemente habían decidido confiar en él porque Yoshi parecía confiar en él. ~ Y… ¿Por qué carajo me fío tanto de gente que ni conzoco...? ~ Se cuestionó la kunoichi cabizbaja como si estuviese pensando cuando en realidad su mano derecha había atrapado un mechón de cabello con el que se puso a jugar por un buen rato.
Pasado el lapsus y si Karamaru no aportaba absolutamente nada a la conversación, Noemi se regresaría a la posada o a lo sumo con Yoshi para consultar sobre los últimos acontecimientos ocurridos en el pueblo. — Bien, me retiro a buscar algo más en algún otro lado, haré lo posible por no representar una molestia en el trabajo de los demás. — Afirmó con cierta seguridad para luego cruzar la puerta de la habitación y dirigirse a la salida, donde tuvo la oportunidad de mirar con algo más de detalle el daño en la puerta. ~ ¿Con qué le habrán hecho esto...? ~ Se preguntaba a si misma mientras observaba en busca de algún tipo de indicio como podía ser algún corte o la forma de la cabeza de algún martillo. Algo, lo que fuese le vendría de diez.
Justo en ese instante en que la rubia de Takigakure se inclinó un poco más para ver con más detalles algunas heridas del pecho fue cuando un nuevo aroma le llegó. La mueca de asco que soltó posiblemente le habría causado gracia a quien quiera que la viese, pero luego de tener una jodida arcada la chica se había alejado unos pasos quedándose muy cerca de una de las esquinas de la habitación intentando contener su cena en su estómago. ~ Que porquería… ~ Decía en su mente ya que claro, no se atrevería a soltar un comentario así en la escena de un crimen. Pero si soltaría otra pregunta la cual recibió una sencilla respuesta. — Treinta y seis entonces… — Susurró para si misma mientras sacaba cuentas, restando a los que estaban en la posada para cuando ella salió de allí junto a Karamaru y Yoshi. ~ ¿Veintinueve serán...? ~ Las dudas estaban respecto del razonamiento.
— Bien… Creo que ya no tengo nada más para preguntarle señor Hiromi… ¿Cierto...? — Tenía sus dudas de si así se llamaba o era una especie de mote con algun tipo de significado, pero con eso recordó que el anciano ni siquiera se había presentado ante ellos, simplemente habían decidido confiar en él porque Yoshi parecía confiar en él. ~ Y… ¿Por qué carajo me fío tanto de gente que ni conzoco...? ~ Se cuestionó la kunoichi cabizbaja como si estuviese pensando cuando en realidad su mano derecha había atrapado un mechón de cabello con el que se puso a jugar por un buen rato.
Pasado el lapsus y si Karamaru no aportaba absolutamente nada a la conversación, Noemi se regresaría a la posada o a lo sumo con Yoshi para consultar sobre los últimos acontecimientos ocurridos en el pueblo. — Bien, me retiro a buscar algo más en algún otro lado, haré lo posible por no representar una molestia en el trabajo de los demás. — Afirmó con cierta seguridad para luego cruzar la puerta de la habitación y dirigirse a la salida, donde tuvo la oportunidad de mirar con algo más de detalle el daño en la puerta. ~ ¿Con qué le habrán hecho esto...? ~ Se preguntaba a si misma mientras observaba en busca de algún tipo de indicio como podía ser algún corte o la forma de la cabeza de algún martillo. Algo, lo que fuese le vendría de diez.