14/12/2022, 00:00
Por las calles aledañas la cantidad de gente disminuía bastante. Aún tenían presencia pero no era la misma vorágine que en las principales. Era como si allí el ambiente era más pesado. La lluvia no paraba, casi nunca de hecho, pero el aire era algo menos denso, el ambiente parecía ser un poco menos pesado ahí.
Iba y venían personas, algunas dispersas, otras en grupo, incluso charlado entre sí, alguna que otra iba sola en su mundo. Sayori podía observar que aún el ambiente era muy, si se me permite la palabra, "Amegakuril". La modernidad, tanto de los neones como de las construcciones, con esa falta de naturaleza incluso. Poco a poco se notaba que al final de la calle la oscuridad se hacía algo más presente, aunque aún presente la iluminación necesaria y no exagerada.
A los laterales había varios locales. Muchos de comida, otros eran más estilo bar. Había hombres y mujeres, trabajadores al fin y al cabo, intentando llamar la atención de la gente para que se metan a estos negocios. Incluso portaban carteles que indicaban varias ofertas que daban estos negocios.
—¡Los mejores teriyaki de Amegakure!
—¡Cerveza y sake, con una comodidad increíble!
Parecían que hablaban e intentaban llamar la atención de sus posibles clientes en general. Aunque una chica, de castaño cabello y algo más alta que la ninja, parecía observarla, con una sonrisa y sosteniendo aquel cartel con los platos que ofrecía el lugar. Parecía especializarse en ramen pero parecía tener más variedad además de la clásica sopa de fideos.