14/12/2022, 01:59
Yuri le hizo un gesto con la mirada para que fuese a la puerta cuando la miro y en contra de sus instintos y de su forma habitual de ser, no se movió del sitio. Podría haberse escondido el mismo segundo en que Yuu se volteó hacia la puerta, pero no lo hizo. Se quedó allí apoyandola en silencio.
En cuanto Yuu golpeó la puerta empezaron a asomar por el pequeño resquicio que había tras esta patas peludas que intentaban alcanzarla. Ninguna llegaría hasta ella, que ya había dado un paso atrás, pero no dejarían de intentarlo hasta que una voz al otro lado disolvió la manifestación gatuna.
— Niños, va, salid de en medio que vais a asustar al repartidor. Aish, oish.
Tras varios quejidos más y unos cuantos maullidos, la puerta se abrió. Tras ella, una chica morena de apenas unos años más que las kunoichi apareció. Tenía la cabellera completamente despeinada y hasta tras gatos estaban sobre ella, uno en los hombros, otro en sus brazos y un último sobre una de sus zapatillas. Todos de diferentes tamaños y colores.
— Oh, no es el repartidor. ¿Hola?
Vestía con un pijama de una pieza de gato negro y unas zapatillas del mismo color con orejas y bigotes. Sin duda, era una verdadera fanatica de los gatos.
En cuanto Yuu golpeó la puerta empezaron a asomar por el pequeño resquicio que había tras esta patas peludas que intentaban alcanzarla. Ninguna llegaría hasta ella, que ya había dado un paso atrás, pero no dejarían de intentarlo hasta que una voz al otro lado disolvió la manifestación gatuna.
— Niños, va, salid de en medio que vais a asustar al repartidor. Aish, oish.
Tras varios quejidos más y unos cuantos maullidos, la puerta se abrió. Tras ella, una chica morena de apenas unos años más que las kunoichi apareció. Tenía la cabellera completamente despeinada y hasta tras gatos estaban sobre ella, uno en los hombros, otro en sus brazos y un último sobre una de sus zapatillas. Todos de diferentes tamaños y colores.
— Oh, no es el repartidor. ¿Hola?
Vestía con un pijama de una pieza de gato negro y unas zapatillas del mismo color con orejas y bigotes. Sin duda, era una verdadera fanatica de los gatos.