15/12/2022, 17:18
— C-Con permisooo...
Yuri no le hizo ningún gesto a Yuu, porque realmente no tenía nada que decir. Entró tras ella mientras Yuu se encontraba con una marabunda de gatos que era dificil de obviar. Por suerte, los felinos estaban entrenados por la vida y se apartaban con cada paso que daban las chicas.
La propietaria recorrería el pasillo en linea recta hasta llegar a la última estancia, que daba directamente al patio donde habían visto las hierbas gatunas. Se trataba de un salón-cocina donde se encontraba el epicentro gatuno. La dueña del lugar se lanzó sobre el sofá y todos los mininos se apartaron solo para lanzarse sobre ella de nuevo una vez estuviese sentada.
Había todo tipo de gatos. Gordos, delgados, pequeños, grandes, blancos, negros, marrones, grises, con rayas, lisos, con motas... Aunque todos estaban bastante limpios. Había cuencos con comida para gatos y agua en varios lugares estrategicos. Yuri se quedó en la entrada a la sala, no muy convencida de meterse allí y esperando que Yuu hiciese lo que había que hacer.
— Sentaos si quereis. — ofreció la anfitriona señalando dos sillones que había al lado del sofa. Había un total de cuatro gatos en cada sillón.
Yuri no le hizo ningún gesto a Yuu, porque realmente no tenía nada que decir. Entró tras ella mientras Yuu se encontraba con una marabunda de gatos que era dificil de obviar. Por suerte, los felinos estaban entrenados por la vida y se apartaban con cada paso que daban las chicas.
La propietaria recorrería el pasillo en linea recta hasta llegar a la última estancia, que daba directamente al patio donde habían visto las hierbas gatunas. Se trataba de un salón-cocina donde se encontraba el epicentro gatuno. La dueña del lugar se lanzó sobre el sofá y todos los mininos se apartaron solo para lanzarse sobre ella de nuevo una vez estuviese sentada.
Había todo tipo de gatos. Gordos, delgados, pequeños, grandes, blancos, negros, marrones, grises, con rayas, lisos, con motas... Aunque todos estaban bastante limpios. Había cuencos con comida para gatos y agua en varios lugares estrategicos. Yuri se quedó en la entrada a la sala, no muy convencida de meterse allí y esperando que Yuu hiciese lo que había que hacer.
— Sentaos si quereis. — ofreció la anfitriona señalando dos sillones que había al lado del sofa. Había un total de cuatro gatos en cada sillón.