30/12/2022, 22:26
Después de la despedida y agradecimiento, Sayo continuó su trayecto. Por la misma calle los vendedores que promocionaban, la gente y las luces empezaban a disminuir en cantidad. No era como si la vida terminase allí y se tornaba en un ambiente totalmente desierto, pero el barullo y la carga visual se volvía menos asfixiante, más soportable. Más tranquilo.
Los locales y comercios parecían mantenerse en frecuencia, aunque eran algo diferentes. Algunos más pequeños, otros con carteles más pequeños con neones que titilan o que ya parte del mismo ni siquiera prende, otros más descuidados y algunos con todo lo anterior. Sucuchos donde venden comida, con tan solo dos puertas corredizas y su menú pegados en las mismas, otros con cortinas de entrada y un lugar algo más acogedor. Definitivamente, todo era más tradicional de lo que se encontraba por allí. Todo tipo de bares y comercios cada vez menos variados.
Por el momento, lo que se escuchaba eran conversaciones menos o más intranscendentes. O eso parecía para la ninja, que quizás no podía escuchar más que palabras sueltas de las personas que transitaban o que estaban sentados en alguno de los locales cercanos, al menos que se acercarse a alguna de esas personas.
Lo que realmente estaba buscando ella estaba en ningún y en todos lados. Parecía que la mayoría de esos lugares resaltaban poco, solo algunos eran realmente llamativos ¿Era alguno de estos lugares el que ella estaba buscando? Esa era la verdadera pregunta, la cual la chica debía resolver de alguna forma.
Los locales y comercios parecían mantenerse en frecuencia, aunque eran algo diferentes. Algunos más pequeños, otros con carteles más pequeños con neones que titilan o que ya parte del mismo ni siquiera prende, otros más descuidados y algunos con todo lo anterior. Sucuchos donde venden comida, con tan solo dos puertas corredizas y su menú pegados en las mismas, otros con cortinas de entrada y un lugar algo más acogedor. Definitivamente, todo era más tradicional de lo que se encontraba por allí. Todo tipo de bares y comercios cada vez menos variados.
Por el momento, lo que se escuchaba eran conversaciones menos o más intranscendentes. O eso parecía para la ninja, que quizás no podía escuchar más que palabras sueltas de las personas que transitaban o que estaban sentados en alguno de los locales cercanos, al menos que se acercarse a alguna de esas personas.
Lo que realmente estaba buscando ella estaba en ningún y en todos lados. Parecía que la mayoría de esos lugares resaltaban poco, solo algunos eran realmente llamativos ¿Era alguno de estos lugares el que ella estaba buscando? Esa era la verdadera pregunta, la cual la chica debía resolver de alguna forma.