3/01/2023, 03:11
En el momento que Sayori intentaba escuchar alguna conversación ajena, era como que ciertas voces se hacían más nítidas, sobre todo la de las personas que tenía más cercanas y que pasaban.
—Que putísimo asco. — Un joven al pasar charlando con otro.
—Ya desde hace dos días que no puedo dormir bien y... — Una mujer hablando con un muchacho yendo en misma dirección en la que iba.
—Llevan un par de días sin aquel alboroto, ¿no? — Soltó un hombre algo grande a una mujer, ambos sentados en un bar, mientras miraba en la dirección que iba también la ninja. Quizás más en diagonal.
—La chica esa y los demás ya me tienen hasta los... — Dijo al paso un hombre que iba en la dirección contraria.
En el caso de los restaurantes poco llamativos, no solían tener ni siquiera los carteles luminosos, sino que simplemente eran puertas con algún menú por allí y había unos cuantos por allí. En el caso de los bares, había tres con carteles de neón que estaban apagados (quizás rotos), distribuidos más adelante por la calle. Otros dos de los bares ni siquiera tenían estos, sino que solo tenían alguna señalización algo más pequeño cerca de la entrada. Algunos parecían mucho más antros que los otros, unos más descuidados, más cerrados, más chicos, oscuros, entre otras cosas.
—Que putísimo asco. — Un joven al pasar charlando con otro.
—Ya desde hace dos días que no puedo dormir bien y... — Una mujer hablando con un muchacho yendo en misma dirección en la que iba.
—Llevan un par de días sin aquel alboroto, ¿no? — Soltó un hombre algo grande a una mujer, ambos sentados en un bar, mientras miraba en la dirección que iba también la ninja. Quizás más en diagonal.
—La chica esa y los demás ya me tienen hasta los... — Dijo al paso un hombre que iba en la dirección contraria.
En el caso de los restaurantes poco llamativos, no solían tener ni siquiera los carteles luminosos, sino que simplemente eran puertas con algún menú por allí y había unos cuantos por allí. En el caso de los bares, había tres con carteles de neón que estaban apagados (quizás rotos), distribuidos más adelante por la calle. Otros dos de los bares ni siquiera tenían estos, sino que solo tenían alguna señalización algo más pequeño cerca de la entrada. Algunos parecían mucho más antros que los otros, unos más descuidados, más cerrados, más chicos, oscuros, entre otras cosas.