4/01/2023, 09:39
Quizás algún que otro transeúnte o alguna persona que trabajaba por allí, miró a la ninja, la cual se había acercado curiosamente a un lugar muy específico. Sin embargo, la gente a la que esta quería oír, ni por enterada se dio que se había acercado. El hombre hablaba alto y con una voz bastante notoria, por el otro lado...
—Pues, no lo sé. Hace algunos días no paso por aquí y, si no quedábamos aquí, probablemente tampoco hubiera pasado hoy. — Dirigió la mirada sutilmente hacia el lugar que veía el hombre.
La voz de la mujer era más suave y más armoniosa, si. Pero era cierto que hablaba algo más baja que el hombre. Por suerte, Sayo ya estaba lo suficientemente cerca como para escucharla mejor.
—Pero si es cierto que hasta ahora nada. Ya a esta hora empezaban con lo suyo. — Volvió a buscar los ojos del señor, ojos que aún estaban distraídos con lo otro.
—Por algo te dije de venir aquí. Sin los muchachitos estos haciendo lío y estando algo más alejados.... — Su mirada pasó a los ojos de la mujer, la cual ya le estaba observando. Parecía haberse puesto algo nervioso cuando lo notó pero lo retomó bien. —Ya sabes, es un poco menos molesto y más ameno.
—Si. Ya lo veo.
Cada uno tomó su copa y tomaron un poco de su contenido. La ubicación de su era en una ventana abierta, por la cual miraban hacia fuera. Estaban al lado de la entrada, cerca de donde se encontraba la chica. Un muchacho flacucho, mediano, de pelo oscuro y ojos claros, que parecía trabajar allí, no tardó mucho en acercarse a la niña.
—Emm... ¿disculpa? — Escuchó la Yuki cerca suyo. —¿Necesitas algo? — No parecía querer ofenderla ni nada por el estilo, pero si parecía algo ofuscado. Se le hacía sospechoso lo que estaba haciendo la ninja.
Pocos segundos pasaron cuando se escuchó brevemente un sonido muy característico. Fueron solo algunos golpes a lo que parecía ser un instrumento musical, alguien con un poco de conocimiento reconocería que eso parecía ser una especie de batería o tambor. Aunque, con el sonido de la lluvia, hacía algo difícil distinguirlo. El sonido se detuvo rápidamente y parecía estar en dirección a donde miraba el anterior hombre, justo en dirección hacia donde iba anteriormente la ninja, tirado más hacia el diagonal de aquella posición.
—¿Lo escuchaste? — Dijo mirando nuevamente hacia esa dirección.
—No lo sé. Creo que una parte de mi eligió ignorarlo.
—Pues, no lo sé. Hace algunos días no paso por aquí y, si no quedábamos aquí, probablemente tampoco hubiera pasado hoy. — Dirigió la mirada sutilmente hacia el lugar que veía el hombre.
La voz de la mujer era más suave y más armoniosa, si. Pero era cierto que hablaba algo más baja que el hombre. Por suerte, Sayo ya estaba lo suficientemente cerca como para escucharla mejor.
—Pero si es cierto que hasta ahora nada. Ya a esta hora empezaban con lo suyo. — Volvió a buscar los ojos del señor, ojos que aún estaban distraídos con lo otro.
—Por algo te dije de venir aquí. Sin los muchachitos estos haciendo lío y estando algo más alejados.... — Su mirada pasó a los ojos de la mujer, la cual ya le estaba observando. Parecía haberse puesto algo nervioso cuando lo notó pero lo retomó bien. —Ya sabes, es un poco menos molesto y más ameno.
—Si. Ya lo veo.
Cada uno tomó su copa y tomaron un poco de su contenido. La ubicación de su era en una ventana abierta, por la cual miraban hacia fuera. Estaban al lado de la entrada, cerca de donde se encontraba la chica. Un muchacho flacucho, mediano, de pelo oscuro y ojos claros, que parecía trabajar allí, no tardó mucho en acercarse a la niña.
—Emm... ¿disculpa? — Escuchó la Yuki cerca suyo. —¿Necesitas algo? — No parecía querer ofenderla ni nada por el estilo, pero si parecía algo ofuscado. Se le hacía sospechoso lo que estaba haciendo la ninja.
Pocos segundos pasaron cuando se escuchó brevemente un sonido muy característico. Fueron solo algunos golpes a lo que parecía ser un instrumento musical, alguien con un poco de conocimiento reconocería que eso parecía ser una especie de batería o tambor. Aunque, con el sonido de la lluvia, hacía algo difícil distinguirlo. El sonido se detuvo rápidamente y parecía estar en dirección a donde miraba el anterior hombre, justo en dirección hacia donde iba anteriormente la ninja, tirado más hacia el diagonal de aquella posición.
—¿Lo escuchaste? — Dijo mirando nuevamente hacia esa dirección.
—No lo sé. Creo que una parte de mi eligió ignorarlo.