23/01/2023, 09:22
Al igual que la niña, sendos músicos dejaron que ella hable y termine de explicar, y en cierto punto también convencerlos. Cuando mencionó lo de la gente del lugar, pudo notar como una levantó la ceja y el otro quedaba intrigado. Y con lo del cierre del lugar, solo hizo que ambos acentúen aún más cada expresión.
—Vaya, ya entiendo. Supongo que alguien llamó un intermediario.
Midori giró la cabeza hacia la derecha, en busca de algún punto dentro del bar el cual no se llegaba a ver desde afuera. Si antes se ponía en duda lo intensa que podía parecer su mirada, esta vez era bastante seguro. Sea quien sea la persona a la que estaba mirando, se tuvo que haber cagado encima como mínimo de lo molesta que parecía estar.
—Dejemos de acusar así sin más. Solo por hacer eso estamos en esta situación.
La chica giró de golpe y vio al hombre que tenía detrás.
—Estamos en esta situación porque alguno se está haciendo el tonto, no por acusar... Y te recuerdo que no fui la primera en hacer eso, Fuyu. — Nuevamente giró, ahora no tan brusca y mirando a Sayori. —Y no me importan qué o quién eres ni que pretendes hacer, no te voy a dejar pasar.
—¡Midori!
—Cierren el pico los dos, ya bastantes problemas me vienen trayendo. — Se escuchó una voz desde adentro a la izquierda. Tampoco se podía ver desde afuera quien fue la persona que dijo eso. —Si quieren que algo de todo esto se resuelva, déjenla pasar. Además, no recuerdo desde cuando te convertiste en la portera del bar, chiquilla.
Ambos se quedaron viendo para el lado de donde provenía la voz. Fuyu se volvió para adentro a la derecha, soltando una risa después de lo último que se escuchó. Por su lado, Midori se quedó mirando sin pestañear unos segundos a la ninja. Luego revoleó los ojos y se dirigió al mismo lado que su compañero, soltando un notorio suspiro.
No parecía que había más obstáculos para pasar, por lo que ya tenía la oportunidad de entrar al lugar. Desde afuera solo podía ver que en la entrada no había ni un tipo de luz y que, ya más para adentro, se podían divisar alguna que otra mesa y silla sueltas por ahí, iluminadas con luces rojas. Pero, para ver con más detalle todo el lugar, debía meterse allí.
—Vaya, ya entiendo. Supongo que alguien llamó un intermediario.
Midori giró la cabeza hacia la derecha, en busca de algún punto dentro del bar el cual no se llegaba a ver desde afuera. Si antes se ponía en duda lo intensa que podía parecer su mirada, esta vez era bastante seguro. Sea quien sea la persona a la que estaba mirando, se tuvo que haber cagado encima como mínimo de lo molesta que parecía estar.
—Dejemos de acusar así sin más. Solo por hacer eso estamos en esta situación.
La chica giró de golpe y vio al hombre que tenía detrás.
—Estamos en esta situación porque alguno se está haciendo el tonto, no por acusar... Y te recuerdo que no fui la primera en hacer eso, Fuyu. — Nuevamente giró, ahora no tan brusca y mirando a Sayori. —Y no me importan qué o quién eres ni que pretendes hacer, no te voy a dejar pasar.
—¡Midori!
—Cierren el pico los dos, ya bastantes problemas me vienen trayendo. — Se escuchó una voz desde adentro a la izquierda. Tampoco se podía ver desde afuera quien fue la persona que dijo eso. —Si quieren que algo de todo esto se resuelva, déjenla pasar. Además, no recuerdo desde cuando te convertiste en la portera del bar, chiquilla.
Ambos se quedaron viendo para el lado de donde provenía la voz. Fuyu se volvió para adentro a la derecha, soltando una risa después de lo último que se escuchó. Por su lado, Midori se quedó mirando sin pestañear unos segundos a la ninja. Luego revoleó los ojos y se dirigió al mismo lado que su compañero, soltando un notorio suspiro.
No parecía que había más obstáculos para pasar, por lo que ya tenía la oportunidad de entrar al lugar. Desde afuera solo podía ver que en la entrada no había ni un tipo de luz y que, ya más para adentro, se podían divisar alguna que otra mesa y silla sueltas por ahí, iluminadas con luces rojas. Pero, para ver con más detalle todo el lugar, debía meterse allí.