24/01/2023, 08:52
Al pasar la entrada, notaría que el piso de todo el lugar era de un cemento algo resbaloso. Más adelante de la entrada del lugar había mesas y sillas. Lo curioso era que estaban desordenadas y, en cierto punto, bastante juntas. Quizás una mesa no contaba con sillas, mientras otra tenía una, dos o mas. Las mesas también variaban, algunas eran circulares y otras cuadradas. Tanto las mesas como las sillas parecían ser bastante simplonas, estaban poco cuidadas y, en su mayoría, eran de color negro o marrón. Esa era la zona que estaba con pocos focos de color rojo, que era lo único que iluminaba esa parte del bar.
Hay que tener en cuenta que el lugar en sí es algo penumbroso, con algunas zonas más iluminadas que otras.
Entre esas otras, al lado donde fueron los músicos (derecha) había un amplio espacio libre y, adelante de este, un buen escenario de madera, en el cual ya había dos personas subidas ahí. Tanto Fuyu como Midori miraron a los dos que estaban arriba mientras subían, sin medias palabra. La iluminación del escenario constaba en varias luces blancas, las cuales no parecían estar todas prendidas pero que, ya solo esas, iluminaban bastante. Era, sin duda alguna, el lugar donde se veía más claro. Cerca de aquí había dos puertas que llevaban a otros lugares.
Arriba del escenario había varios instrumentos. Al centro y en frente, una guitarra eléctrica apoyada en un banco y, frente a este, un micrófono con un pie que sostenía el mismo. A la derecha del centro, un teclado con un banco. A la izquierda del centro, un bajo eléctrico, también apoyado en un banco. Y, por último, más atrás y casi en diagonal en donde estaba el micrófono, una batería. Y, justo allí, era donde estaban las dos personas. Uno a un costado de la batería y el otro sentado en un banco detrás de la batería, hablando entre sí. Sayori pudo notar que la estuvieron viendo un corto tiempo, hasta que vieron que se acercaron sus dos compañeros y desviaron su atención a otro lado.
El que estaba a la derecha del baterista, era uno hombre seguramente cerca de los veinticinco años. De piel blanca, cabeza rapada y con un físico algo entrenado, que se notaba más que nada por sus brazos y pecho que parecían medianamente fuertes. Con una camiseta negra sin mangas y un pantalón de jean del mismo color. Tenía un piercing de bolita en cada oreja y en cada muñeca llevaba una pulsera con pinchos.
Sin duda alguna, el baterista era el que más desencajaba con todo su grupo. Se notaba que era el más grande, probablemente pasando los treinta. Piel blanca, el pelo ni largo ni corto, con volumen mediano, peinado con un flequillo y de color marrón suave. No parecía ser ni flaco ni gordo, sino más bien un punto medio. Desde abajo del escenario no podía ver que llevaba abajo, pero arriba vestía con una camisa de manga larga a cuadros y blanca. No llevaba ningún tipo de accesorio encima.
Al otro lado del bar, es decir, en la derecha del bar (pasando todo el "laberinto" de mesas y sillas) había una barra grande, con asientos altos y muchas bebidas exhibidas detrás. La barra era algo alta, sobre todo para la ninja que tampoco era una muchacha de gran estatura. Curiosamente, había muchas botellas de varias bebidas apoyadas en la barra y totalmente vacías. Incluso, si era observadora, notaría que había una botella de cerveza apoyada en el piso, cerca de uno de los asientos de la barra. Ese lugar, en general, también poseía luces blancas, pero parecían alumbrar mucho menos y había también menos en cantidad. Para un costado de la barra había unas escaleras que iban hacia arriba y, del otro lado, una puerta que llevaba a otro lugar.
Por el lado de la barra, a simple vista no vería a nadie. Sin embargo, escuchó el ruido de una caja registradora abrirse, la cual estaba en la parte interna de la barra y en la esquina de la misma, por lo que solo veía la parte de arriba de esta y no mucho más. Solo segundos después, escucho el ruido de algunas monedas.
Hay que tener en cuenta que el lugar en sí es algo penumbroso, con algunas zonas más iluminadas que otras.
Entre esas otras, al lado donde fueron los músicos (derecha) había un amplio espacio libre y, adelante de este, un buen escenario de madera, en el cual ya había dos personas subidas ahí. Tanto Fuyu como Midori miraron a los dos que estaban arriba mientras subían, sin medias palabra. La iluminación del escenario constaba en varias luces blancas, las cuales no parecían estar todas prendidas pero que, ya solo esas, iluminaban bastante. Era, sin duda alguna, el lugar donde se veía más claro. Cerca de aquí había dos puertas que llevaban a otros lugares.
Arriba del escenario había varios instrumentos. Al centro y en frente, una guitarra eléctrica apoyada en un banco y, frente a este, un micrófono con un pie que sostenía el mismo. A la derecha del centro, un teclado con un banco. A la izquierda del centro, un bajo eléctrico, también apoyado en un banco. Y, por último, más atrás y casi en diagonal en donde estaba el micrófono, una batería. Y, justo allí, era donde estaban las dos personas. Uno a un costado de la batería y el otro sentado en un banco detrás de la batería, hablando entre sí. Sayori pudo notar que la estuvieron viendo un corto tiempo, hasta que vieron que se acercaron sus dos compañeros y desviaron su atención a otro lado.
El que estaba a la derecha del baterista, era uno hombre seguramente cerca de los veinticinco años. De piel blanca, cabeza rapada y con un físico algo entrenado, que se notaba más que nada por sus brazos y pecho que parecían medianamente fuertes. Con una camiseta negra sin mangas y un pantalón de jean del mismo color. Tenía un piercing de bolita en cada oreja y en cada muñeca llevaba una pulsera con pinchos.
Sin duda alguna, el baterista era el que más desencajaba con todo su grupo. Se notaba que era el más grande, probablemente pasando los treinta. Piel blanca, el pelo ni largo ni corto, con volumen mediano, peinado con un flequillo y de color marrón suave. No parecía ser ni flaco ni gordo, sino más bien un punto medio. Desde abajo del escenario no podía ver que llevaba abajo, pero arriba vestía con una camisa de manga larga a cuadros y blanca. No llevaba ningún tipo de accesorio encima.
Al otro lado del bar, es decir, en la derecha del bar (pasando todo el "laberinto" de mesas y sillas) había una barra grande, con asientos altos y muchas bebidas exhibidas detrás. La barra era algo alta, sobre todo para la ninja que tampoco era una muchacha de gran estatura. Curiosamente, había muchas botellas de varias bebidas apoyadas en la barra y totalmente vacías. Incluso, si era observadora, notaría que había una botella de cerveza apoyada en el piso, cerca de uno de los asientos de la barra. Ese lugar, en general, también poseía luces blancas, pero parecían alumbrar mucho menos y había también menos en cantidad. Para un costado de la barra había unas escaleras que iban hacia arriba y, del otro lado, una puerta que llevaba a otro lugar.
Por el lado de la barra, a simple vista no vería a nadie. Sin embargo, escuchó el ruido de una caja registradora abrirse, la cual estaba en la parte interna de la barra y en la esquina de la misma, por lo que solo veía la parte de arriba de esta y no mucho más. Solo segundos después, escucho el ruido de algunas monedas.