16/03/2023, 23:07
Aquella mañana, como cualquier otra, llovía a cántaros en la villa de hormigón armado y acero reforzado. Y al igual que en muchas de otras mañanas, los carteros y ninjas que habían sido designados para ayudar como carteros temporales, repartieron el correó entre los que a algunas personas podrían encontrar un pequeño rollo que les designaba un nuevo encargo.
Una de esas personas fue Chika, quien podría encontrar en el buzón, si no es que alguien del dojo había decidido coger aquel papel por su cuenta antes y leerlo, la misión que se le había designado a la kunoichi.
Una de esas personas fue Chika, quien podría encontrar en el buzón, si no es que alguien del dojo había decidido coger aquel papel por su cuenta antes y leerlo, la misión que se le había designado a la kunoichi.