18/03/2023, 14:42
Llegar hasta aquel santuario no le supondría un problema gracias al pequeño mapa que, en la gran mayoría de rollos, llevaba de acompañamiento. Aquel lugar resultaba realmente extraño; entre el bosque de hormigón, se levantaba aquel santuario con un aspecto tradicional, delimitando sus jardines interiores con el exterior por un muro. Las puertas de madera del muro también tenían ese toque, junto a la fachada de estos y de cualquier otro edificio de aquel lugar.
Poco después de que avanzara un poco por su interior, un hombre con una recortada barba y un bigote ancho, pero no muy alto, salió a recibirla cuando la vio. Llevaba un kimono oscuro con algunos detalles blancos, así como el pelo corto y algo echado hacia atrás, en el que se le podía vislumbrar alguna que otra cana. Tenía una buena complexión, y era bastante alto. Le dio un vistazo de arriba abajo a la muchacha de cabellos azules antes de abrir la boca, y dejando escapar un suspiro entre medias.
— ¿Eres la genin que he solicitado? Bueno, por lo menos ha sido bastante rápido — dijo mientras se cruzaba de brazos con una voz bastante grave. — Como ya habrás leído, necesito una mano extra para poner a punto el santuario. No hay nada fuera de lo común, más allá de limpiar algún que otro sitio y mover algún que otro objeto. En el edificio central debería estar mi hija, te echará una mano. Si necesitáis cualquier cosa, yo estaré en el dojo de la izquierda, debo impartir unas clases
Fue seco, y más que distante. Mantuvo el ceño fruncido en casi toda la conversación antes de comenzar su marcha, pero al dar un par de pasos se detuvo para voltearse hacia Chika.
— Ah, sí. Ni se te ocurra meterle más pájaros en la cabeza. Cada día os aguanto menos — y después, retomó su camino.
Poco después de que avanzara un poco por su interior, un hombre con una recortada barba y un bigote ancho, pero no muy alto, salió a recibirla cuando la vio. Llevaba un kimono oscuro con algunos detalles blancos, así como el pelo corto y algo echado hacia atrás, en el que se le podía vislumbrar alguna que otra cana. Tenía una buena complexión, y era bastante alto. Le dio un vistazo de arriba abajo a la muchacha de cabellos azules antes de abrir la boca, y dejando escapar un suspiro entre medias.
— ¿Eres la genin que he solicitado? Bueno, por lo menos ha sido bastante rápido — dijo mientras se cruzaba de brazos con una voz bastante grave. — Como ya habrás leído, necesito una mano extra para poner a punto el santuario. No hay nada fuera de lo común, más allá de limpiar algún que otro sitio y mover algún que otro objeto. En el edificio central debería estar mi hija, te echará una mano. Si necesitáis cualquier cosa, yo estaré en el dojo de la izquierda, debo impartir unas clases
Fue seco, y más que distante. Mantuvo el ceño fruncido en casi toda la conversación antes de comenzar su marcha, pero al dar un par de pasos se detuvo para voltearse hacia Chika.
— Ah, sí. Ni se te ocurra meterle más pájaros en la cabeza. Cada día os aguanto menos — y después, retomó su camino.