8/04/2023, 16:58
Aya se sorprendió cuando notó el tacto gentíl de Chika, volteando la mirada hacia ella, que la correspondía con una sincera sonrisa. La peliblanca se quedo mirandola algo descolocada sin saber bien como reaccionar. Se llevó una mano a los ojos, y posteriormente la siguió la otra para acariciarlos y dejar escapar alguna lagrima con aquel gesto.
— S-Si — respondió debilmente, volviendo a darle la espalda a la chica de cabellos azules para tomar de nuevo un trapo con el que limpiar el pequeño mueble. No sería hasta pasados unos segundos, que volvería a hablar. — G-Gracias, Chika-san.
Esbozó una delicada sonrisa llena de honradez sin darse cuenta.
— S-Si — respondió debilmente, volviendo a darle la espalda a la chica de cabellos azules para tomar de nuevo un trapo con el que limpiar el pequeño mueble. No sería hasta pasados unos segundos, que volvería a hablar. — G-Gracias, Chika-san.
Esbozó una delicada sonrisa llena de honradez sin darse cuenta.