11/04/2023, 22:30
Los últimos días habían sido caóticos. Las últimas horas habían sido un auténtico huracán. Aquel condenado aparato que habían inventado los Amejines para comunicarse a distancia no dejaba de sonar, los informes volaban como hojas arrastradas por un vendaval. Decisiones, órdenes, firmas... Su cabeza no dejaba de bullir. Y no parecía que fuera a merecerse un descanso pronto.
De un momento a otro, una ondulación del color de la sangre osciló en el aire en mitad de su despacho. Al principio creyó que la fatiga y la falta de sueño le estaba jugando una mala pasada, pero entonces surgieron tres figuras cubiertas en polvo y sangre: la del actual Uzukage, Uchiha Datsue; su shinobi perdido desde hacía tanto tiempo, Tsukiyama Daigo... y el peligroso exiliado miembro de Dragón Rojo, Uchiha Akame.
Kintsugi se levantó de su asiento casi de un salto. Su rostro, oculto tras su usual antifaz de mariposa, se paseaba entre los tres aparecidos. La sorpresa la había asaltado como un martillazo en la coronilla. Y odiaba aquella sensación. Odiaba no saber lo que estaba pasando o lo que debía hacer.
—¿Uzukage-dono? ¿Qué significa esto? ¡Has conseguido encontrar a Daigo! Pero... ¿qué hace un criminal en mi despacho?
De un momento a otro, una ondulación del color de la sangre osciló en el aire en mitad de su despacho. Al principio creyó que la fatiga y la falta de sueño le estaba jugando una mala pasada, pero entonces surgieron tres figuras cubiertas en polvo y sangre: la del actual Uzukage, Uchiha Datsue; su shinobi perdido desde hacía tanto tiempo, Tsukiyama Daigo... y el peligroso exiliado miembro de Dragón Rojo, Uchiha Akame.
Kintsugi se levantó de su asiento casi de un salto. Su rostro, oculto tras su usual antifaz de mariposa, se paseaba entre los tres aparecidos. La sorpresa la había asaltado como un martillazo en la coronilla. Y odiaba aquella sensación. Odiaba no saber lo que estaba pasando o lo que debía hacer.
—¿Uzukage-dono? ¿Qué significa esto? ¡Has conseguido encontrar a Daigo! Pero... ¿qué hace un criminal en mi despacho?