4/01/2025, 17:43
—No. Te estaba esperando —respondió Daruu—. Mira, ya vienen.
Y no mentía. En cuestión de un parpadeo, un hombre con expresión adusta llegó hasta su posición. Daruu pidió unas brochetas de carne con verduras. Ayame, por su parte, se permitió el capricho de coger unos takoyaki y gyozas. Sin embargo, al contrario que su compañero y fiel a sus principios, se pidió agua para beber.
—Hacía mucho tiempo que no veníamos a un sitio así —dijo Daruu, una vez se hubo retirado el camarero—. Se siente... extraño —añadió, tomando una de las manos de Ayame con las suyas. Ella se sonrojó inmediatamente—. Pero también es un alivio. Lo echaba de menos. Te... te echaba de menos.
—Yo... también lo echaba de menos —admitió ella, hundiendo los hombros—. Han pasado muchas cosas. Demasiadas. Y en muy poco tiempo...
Y no mentía. En cuestión de un parpadeo, un hombre con expresión adusta llegó hasta su posición. Daruu pidió unas brochetas de carne con verduras. Ayame, por su parte, se permitió el capricho de coger unos takoyaki y gyozas. Sin embargo, al contrario que su compañero y fiel a sus principios, se pidió agua para beber.
—Hacía mucho tiempo que no veníamos a un sitio así —dijo Daruu, una vez se hubo retirado el camarero—. Se siente... extraño —añadió, tomando una de las manos de Ayame con las suyas. Ella se sonrojó inmediatamente—. Pero también es un alivio. Lo echaba de menos. Te... te echaba de menos.
—Yo... también lo echaba de menos —admitió ella, hundiendo los hombros—. Han pasado muchas cosas. Demasiadas. Y en muy poco tiempo...