21/02/2016, 22:09
(Última modificación: 21/02/2016, 22:10 por Uzumaki Eri.)
Un soplo de viento removió sus cabellos antes de que el joven Uchiha revolviese aquellos como si de una niña pequeña de verdad fuera. En ese momento, en esa posición, sintió como si el aliento se escapase de su boca, como si el tiempo, helado, se hubiese parado, como la manecilla del reloj que se para cuando éste necesita cuerda. Y su voz, oh, su voz... Recordaría esa frase por siempre.
Eri, no cambies nunca.
Lentamente el mundo comenzó a cambiar delante de ella, las personas, el bullicio, todo seguía avanzando, al igual que ella misma, al igual que Nabi, al igual que Mike que ahora se ecnontraba encima del rubio, o bien suspendido en el aire para que no babosease más el perfecto rostro del portador del Sharingan.
¿Qué haces tú aquí?
Preguntó al perro, como si éste le fuese a contestar. Eri no pudo evitar reprimir una risa que resonó en todo el lugar. Era tan adorable la estampa: Un joven tumbado en el suelo con un perro encima, hablándole muy seriamente y éste ladrándole en contestación. -Yo lo traje, me sentía sola... - Contestó con vergüenza mientras desviaba la mirada y jugaba con un mechón de sus cortos cabellos. ¿Y él? ¿Habría traído a alguien? Vio cómo se levantaba y dejaba al can en el suelo, que comenzó a danzar al rededor de ambos shinobi.
Me tengo que preparar para el combate, ¿te quedas tú con Mike o me lo quedo yo?
-¿Ya? ¿Ya te vas? - Preguntó, entre ansiosa y asustada, ella no quería quedarse de nuevo sola, pero... Sí, mañana es el combate, son los combates de ambos... Jopetas, ojalá se encontrase con él más a menudo. -Bueno... Tienes razón - No había dicho nada para tenerla, pero bueno. -Me lo quedo yo, más que nada porque yo fui la que lo trajo... ¡Ah sí! - Exclamó acuclillándose y atando al collar del can - con algunas dificultades - la medalla que ambos habían ganado. -Bien, ya está - Susurró para sí misma y luego se levantó.
Miró a Nabi y con cortos y vergonzosos pasos se acercó a él, sonrojada y un poco dubitativa paró frente el Uchiha, apoyándose en su hombro y poniéndose de puntillas para depositar un suave beso en su mejilla derecha.
-Buena suerte mañana, Nabi-kun - Susurró cerca de su oído, y con eso comenzó a andar hacia el hotel con Mike pisándole los talones, y pidiéndole a quiénquiera que estuviese allí arriba que ojalá sus combates saliesen bien, que no vencedores, sino... Que ninguno resultase gravemente herido. Miró hacia atrás y movió su mano izquierda a modo de despedida, y recordó la última vez que se despidió de él, no... simplemente no podía alejarse de aquel chico.
Sus destinos estaban unidos para lo bueno, y lo malo.
Eri, no cambies nunca.
Lentamente el mundo comenzó a cambiar delante de ella, las personas, el bullicio, todo seguía avanzando, al igual que ella misma, al igual que Nabi, al igual que Mike que ahora se ecnontraba encima del rubio, o bien suspendido en el aire para que no babosease más el perfecto rostro del portador del Sharingan.
¿Qué haces tú aquí?
Preguntó al perro, como si éste le fuese a contestar. Eri no pudo evitar reprimir una risa que resonó en todo el lugar. Era tan adorable la estampa: Un joven tumbado en el suelo con un perro encima, hablándole muy seriamente y éste ladrándole en contestación. -Yo lo traje, me sentía sola... - Contestó con vergüenza mientras desviaba la mirada y jugaba con un mechón de sus cortos cabellos. ¿Y él? ¿Habría traído a alguien? Vio cómo se levantaba y dejaba al can en el suelo, que comenzó a danzar al rededor de ambos shinobi.
Me tengo que preparar para el combate, ¿te quedas tú con Mike o me lo quedo yo?
-¿Ya? ¿Ya te vas? - Preguntó, entre ansiosa y asustada, ella no quería quedarse de nuevo sola, pero... Sí, mañana es el combate, son los combates de ambos... Jopetas, ojalá se encontrase con él más a menudo. -Bueno... Tienes razón - No había dicho nada para tenerla, pero bueno. -Me lo quedo yo, más que nada porque yo fui la que lo trajo... ¡Ah sí! - Exclamó acuclillándose y atando al collar del can - con algunas dificultades - la medalla que ambos habían ganado. -Bien, ya está - Susurró para sí misma y luego se levantó.
Miró a Nabi y con cortos y vergonzosos pasos se acercó a él, sonrojada y un poco dubitativa paró frente el Uchiha, apoyándose en su hombro y poniéndose de puntillas para depositar un suave beso en su mejilla derecha.
-Buena suerte mañana, Nabi-kun - Susurró cerca de su oído, y con eso comenzó a andar hacia el hotel con Mike pisándole los talones, y pidiéndole a quiénquiera que estuviese allí arriba que ojalá sus combates saliesen bien, que no vencedores, sino... Que ninguno resultase gravemente herido. Miró hacia atrás y movió su mano izquierda a modo de despedida, y recordó la última vez que se despidió de él, no... simplemente no podía alejarse de aquel chico.
Sus destinos estaban unidos para lo bueno, y lo malo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)