23/02/2016, 19:36
(Última modificación: 23/02/2016, 19:37 por Uchiha Akame.)
Jonin y gennin conversaban tranquilamente, porque ambos compartían una visión calma y relajada de la vida, y eso se hacía notar en el ambiente. El primero, discreto y cortés. El segundo, joven pero maduro, sosegado, cauto. Verlos hablar era como pararse a escuchar el rumor de una cascada, como asistir a un concierto de búhos. O, al menos, eso le parecía a Anzu, que había dejado a un lado sus katas contra enemigos imaginarios y escuchaba desde hacía un rato, con los brazos en cruz, cómo aquellos dos tíos hablaban de ella. Como si no estuviera delante.
A medida que la Yotsuki trataba de contener la ira que iba aflorando en su interior, desde la tripa hasta la garganta, una vena en su sien iba hinchándose peligrosamente. Al final, no pudo contenerse más.
-¿Os parece divertido hablar de mí como si fuera medio lela? Lo hacéis porque soy una chica, ¿verdad? -su tono de voz era monocorde y suave al principio, pero a medida que hablaba se iba intensificando-. Muy bien, ¡vamos a ver lo gallitos que sois en realidad! ¡Venga, en pie!
Sus ojos brillaban con la ardiente determinación de quien ha sufrido un grave insulto y está dispuesto a tomarse la justicia por su mano. Hida conocía bien a su alumna, y sabía que tenía aquel pronto tan impredecible y descarado, por eso no parecía preocupado. Hizo un leve gesto con su mano diestra, intentando que sólo Kazuma pudiera verle, tratando de restarle importancia al asunto.
-Tranquilo, Kazuma-kun... Anzu se enfada a veces, no se lo tengas en cuenta.
-¿¡QUÉ ESTÁIS SUSURRANDO POR AHÍ!? -bramó la Yotsuki, y su maestro compuso una mueca que podría traducirse en 'ouch!'. A veces, Hida olvidaba el buen oído que tenía aquella chica.
Como un orgulloso animal herido en una pata, Anzu se separó unos cuantos pasos de Kazuma hasta que la distancia que los separaba se acercó a los cinco metros. Clavó sus ojos del color del hielo en los de aquel gennin de Uzushio.
-¿Querías una misión? Pues adivina, ¡es tu día de suerte! -la kunoichi gesticuló con ambas manos, haciendo ver que sacaba un pergamino de su bolsillo y lo abría con exageración-. Aquí tengo una, directamente del despacho de la Uzukage. Destinatario, Ishimura Kazuma. Misión de Rango A... -leía el imaginario texto con un tono pretendidamente pomposo, que de repente cambió para ser tan duro como una piedra-. A de 'A ver cuántos dientes conservas después de esto'.
La kunoichi se colocó en guardia, alzando ambos puños.
-¡Venga, Kazuma-san! Demuéstrame que esa pose de 'soy demasiado guay para ti' es algo más que palabrería.
Estado
Inventario
A medida que la Yotsuki trataba de contener la ira que iba aflorando en su interior, desde la tripa hasta la garganta, una vena en su sien iba hinchándose peligrosamente. Al final, no pudo contenerse más.
-¿Os parece divertido hablar de mí como si fuera medio lela? Lo hacéis porque soy una chica, ¿verdad? -su tono de voz era monocorde y suave al principio, pero a medida que hablaba se iba intensificando-. Muy bien, ¡vamos a ver lo gallitos que sois en realidad! ¡Venga, en pie!
Sus ojos brillaban con la ardiente determinación de quien ha sufrido un grave insulto y está dispuesto a tomarse la justicia por su mano. Hida conocía bien a su alumna, y sabía que tenía aquel pronto tan impredecible y descarado, por eso no parecía preocupado. Hizo un leve gesto con su mano diestra, intentando que sólo Kazuma pudiera verle, tratando de restarle importancia al asunto.
-Tranquilo, Kazuma-kun... Anzu se enfada a veces, no se lo tengas en cuenta.
-¿¡QUÉ ESTÁIS SUSURRANDO POR AHÍ!? -bramó la Yotsuki, y su maestro compuso una mueca que podría traducirse en 'ouch!'. A veces, Hida olvidaba el buen oído que tenía aquella chica.
Como un orgulloso animal herido en una pata, Anzu se separó unos cuantos pasos de Kazuma hasta que la distancia que los separaba se acercó a los cinco metros. Clavó sus ojos del color del hielo en los de aquel gennin de Uzushio.
-¿Querías una misión? Pues adivina, ¡es tu día de suerte! -la kunoichi gesticuló con ambas manos, haciendo ver que sacaba un pergamino de su bolsillo y lo abría con exageración-. Aquí tengo una, directamente del despacho de la Uzukage. Destinatario, Ishimura Kazuma. Misión de Rango A... -leía el imaginario texto con un tono pretendidamente pomposo, que de repente cambió para ser tan duro como una piedra-. A de 'A ver cuántos dientes conservas después de esto'.
La kunoichi se colocó en guardia, alzando ambos puños.
-¡Venga, Kazuma-san! Demuéstrame que esa pose de 'soy demasiado guay para ti' es algo más que palabrería.
Estado
- PV: –
120/120
- CK: –
90/90
Inventario
- Bandana de Takigakure (brazo derecho)
- Portaobjetos básico (cinturón)
- Kunai x2