24/02/2016, 03:13
(Última modificación: 24/02/2016, 03:21 por Hanamura Kazuma.)
El haberla dejado fuera de una conversación, aparentemente sin importancia, provocaba que la Kunoichi ardiera en rabia. Al parecer encontraba ofensivo que hablaran de ella como si no estuviera ahí.
—Esto… —No estaba seguro de cómo responder a aquellas acusaciones.
El maestro de la jovencita hizo un leve gesto con la mano y le invitó a pasar por alto aquel comportamiento que era habitual en ella. Sin embargo aquello sólo aumentó el calor del ya de por sí encendido temperamento de la joven de tez bronceada. Como una tigresa, que defendiera su orgullo y su territorio, se plantó a unos metros frente a Kazuma y le dirigió una mirada en extremo desafiante.
«Cielos, parece tener el temperamento de una tormenta.»
No estaba seguro de cómo reaccionar, incluso se encontraba bastante confundido y con algunos sentimientos encontrados. Por una parte, sentía cierto desprecio por las muestras de intimidación similares a aquellas y de haberse topado con ella de improviso en un callejón no habría tardado más de dos segundo en contestar azotando su cráneo contra el suelo. Pero desde otro punto de vista, le parecían geniales las agallas de aquella muchacha y aquellos ojos azul gélido que no proclamaban el típico y tonto “No le temo a nada y te lo demostrare”, sino más bien que desbordaban un sólido y encantador “Me enfrentare a lo que sea, así soy yo”.
—¿Querías una misión? Pues adivina, ¡es tu día de suerte! —La kunoichi gesticuló con ambas manos, haciendo ver que sacaba un pergamino de su bolsillo y lo abría con exageración—. Aquí tengo una, directamente del despacho de la Uzukage. Destinatario, Ishimura Kazuma. Misión de Rango A... —Leía el imaginario texto con un tono pretendidamente pomposo, que de repente cambió para ser tan duro como una piedra—. A de 'A ver cuántos dientes conservas después de esto'.
«Se que debería estar enojado por burlarse de mi Kage y todo eso —fue por poco que logró ocultar una sonrisa—, pero sí fue bastante gracioso… Aunque si la intención era provocarme y hacerme enojar, definitivamente ha fallado.»
—¡Venga, Kazuma-san! Demuéstrame que esa pose de 'soy demasiado guay para ti' es algo más que palabrería.
El joven de cabellos blancos era alguien que había desarrollado el don de la calma… Bueno era capaz de mantener la calma siempre y cuando su propio subconsciente no le pidiera dejar salir su ira. Era una forma de ser un tanto peculiar; Cuando se encontraba con algo que le hacía hervir la sangre, luchaba y combatía sin piedad o duda alguna. Pero en las ocasiones que tenía que pelear sin una razón concreta, se encontraba con una calma tan indiferente al espíritu de batalla que costaba creer que estuviera dispuesto a combatir.
—Vale, si eso es lo que quieres. Con su permiso Yotsuki Hida —dijo mientras que con una calma exasperante se levantaba—. No se preocupe solo será un intercambio ligero… Bueno puede que las cosas se pongan un poco enérgicas con alguien como ella. —No se molestó en tomar a Bohimei, pues la consideraba no necesaria para un combate como aquel, aunque en el fondo esperaba que en consideración al gesto, Anzu se lo tomara con calma.
—Bien… —dijo mientras se estiraba calmadamente—. Imagina que soy un criminal al cual tienes que capturar vivo y en condiciones de ser interrogado —no estaba seguro de que significaban las palabras para la de ojos azules, pero no estaba de más intentar poner algunas reglas.
Estiro un poco y luego se puso en su habitual posición de combate. Para un ojo experto, era fácil notar que por su postura se trataba de un usuario de Bukijutsu acostumbrado a pelear dependiendo de su coordinación y de movimientos precisos e inesperados.
—Puedes comenzar cuando quieras.
—Esto… —No estaba seguro de cómo responder a aquellas acusaciones.
El maestro de la jovencita hizo un leve gesto con la mano y le invitó a pasar por alto aquel comportamiento que era habitual en ella. Sin embargo aquello sólo aumentó el calor del ya de por sí encendido temperamento de la joven de tez bronceada. Como una tigresa, que defendiera su orgullo y su territorio, se plantó a unos metros frente a Kazuma y le dirigió una mirada en extremo desafiante.
«Cielos, parece tener el temperamento de una tormenta.»
No estaba seguro de cómo reaccionar, incluso se encontraba bastante confundido y con algunos sentimientos encontrados. Por una parte, sentía cierto desprecio por las muestras de intimidación similares a aquellas y de haberse topado con ella de improviso en un callejón no habría tardado más de dos segundo en contestar azotando su cráneo contra el suelo. Pero desde otro punto de vista, le parecían geniales las agallas de aquella muchacha y aquellos ojos azul gélido que no proclamaban el típico y tonto “No le temo a nada y te lo demostrare”, sino más bien que desbordaban un sólido y encantador “Me enfrentare a lo que sea, así soy yo”.
—¿Querías una misión? Pues adivina, ¡es tu día de suerte! —La kunoichi gesticuló con ambas manos, haciendo ver que sacaba un pergamino de su bolsillo y lo abría con exageración—. Aquí tengo una, directamente del despacho de la Uzukage. Destinatario, Ishimura Kazuma. Misión de Rango A... —Leía el imaginario texto con un tono pretendidamente pomposo, que de repente cambió para ser tan duro como una piedra—. A de 'A ver cuántos dientes conservas después de esto'.
«Se que debería estar enojado por burlarse de mi Kage y todo eso —fue por poco que logró ocultar una sonrisa—, pero sí fue bastante gracioso… Aunque si la intención era provocarme y hacerme enojar, definitivamente ha fallado.»
—¡Venga, Kazuma-san! Demuéstrame que esa pose de 'soy demasiado guay para ti' es algo más que palabrería.
El joven de cabellos blancos era alguien que había desarrollado el don de la calma… Bueno era capaz de mantener la calma siempre y cuando su propio subconsciente no le pidiera dejar salir su ira. Era una forma de ser un tanto peculiar; Cuando se encontraba con algo que le hacía hervir la sangre, luchaba y combatía sin piedad o duda alguna. Pero en las ocasiones que tenía que pelear sin una razón concreta, se encontraba con una calma tan indiferente al espíritu de batalla que costaba creer que estuviera dispuesto a combatir.
—Vale, si eso es lo que quieres. Con su permiso Yotsuki Hida —dijo mientras que con una calma exasperante se levantaba—. No se preocupe solo será un intercambio ligero… Bueno puede que las cosas se pongan un poco enérgicas con alguien como ella. —No se molestó en tomar a Bohimei, pues la consideraba no necesaria para un combate como aquel, aunque en el fondo esperaba que en consideración al gesto, Anzu se lo tomara con calma.
—Bien… —dijo mientras se estiraba calmadamente—. Imagina que soy un criminal al cual tienes que capturar vivo y en condiciones de ser interrogado —no estaba seguro de que significaban las palabras para la de ojos azules, pero no estaba de más intentar poner algunas reglas.
Estiro un poco y luego se puso en su habitual posición de combate. Para un ojo experto, era fácil notar que por su postura se trataba de un usuario de Bukijutsu acostumbrado a pelear dependiendo de su coordinación y de movimientos precisos e inesperados.
—Puedes comenzar cuando quieras.
Estado de Ishimura Kazuma
- Puntos de Vida: –
150/150
- Puntos de Chakra: –
110/110
- Acciones Ocultas:
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)